El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol se encuentra en la clínica Sagrada Familia de Barcelona a causa de una infección pulmonar, según ha avanzado El Suplement de Catalunya Ràdio, ha podido confirmar ElNacional de fuentes de la familia. Pujol, de 95 años, ha sido ingresado de manera preventiva a causa de una neumonía, pero se encuentra estable y evoluciona satisfactoriamente y, si todo va bien, podrá salir en los próximos días hacia su domicilio, después de completar el protocolo de hospitalización previsto para estos casos.
La noticia se produce a poco más de una semana del inicio del juicio contra la familia Pujol, que ha sido fijado por la Audiencia Nacional por el 24 de noviembre, con sesiones que se extenderán hasta mayo del 2026. El pasado viernes, transcendió que el médico forense de los juzgados de Barcelona ya ha hecho la revisión médica al expresidente para determinar si su estado de salud le permite quedar exento de ir personalmente a Madrid al juicio contra él y su familia, por los supuestos delitos de asociación ilícita y blanqueo de capitales.
Pujol pidió a finales de octubre a la Audiencia Nacional evitar el desplazamiento a Madrid y poder asistir al juicio de manera telemática desde Barcelona. Su defensa, ejercida por el penalista Cristóbal Martell, ha aportado tres informes médicos que describen su estado de salud físico y cognitivo para que el tribunal decida si lo ve apto para enfrentar el proceso y para defenderse dialécticamente. Los informes médicos aportados por la defensa de Pujol señalan que el expresidente tiene “marcadores en sangre de la enfermedad del Alzheimer” y un "deterioro cognitivo grave" que le lleva a "confundir hechos y personas". También tiene dificultades de movilidad por su edad avanzada, con una discapacidad reconocida del 75% que lo hace dependiente.
Las últimas noticias en torno a la salud del expresidente que ha explicado la familia las dio recientemente su hijo Oriol Pujol, que el pasado 6 de noviembre rompió el silencio después de años alejado de la esfera pública con motivo del juicio que afronta la familia en la Audiencia Nacional y también por las informaciones que habían salido sobre el estado de salud del expresidente. Oriol Pujol afirmó que su padre tiene un estado de salud delicado a causa de su avanzada edad. "El cuerpo está castigado, está débil y frágil, arrastra dolor, no le aguanta...", apuntó, para añadir que esto no le permitiría ir y volver 44 veces en seis meses, semana sí semana no. Oriol Pujol, que confirmó que su padre tiene marcadores de Alzheimer, afirmó que tiene un “problema de habla” y que a menudo, cuando tiene el día mal, "le cuesta recordar" o no ubica, una información "íntima" que ha lamentado que haya llegado a los medios. En ningún caso, pero, cree que se le tenga que inhabilitar. "Mi padre está bien por la edad que tiene y la vida que ha vivido", explicó. Aun así, Oriol Pujol aseguró que su padre quiere ir al juicio para explicarse y en ningún caso está pidiendo de no hacerlo, sino que lo haga desde Barcelona.
El juicio y la causa se remontan en una investigación abierta el 2012 y a la apertura formal del juicio oral el 2021. La vista se prevé que sea muy extensa y compleja, con la participación de Jordi Pujol y sus siete hijos, y concluirá el mayo de 2026. El proceso contará con 42 sesiones y 254 testigos, y será un juicio largo centrado en acusaciones de asociación ilícita, blanqueo de capitales, falsedad documental y delitos contra la Hacienda Pública relacionados con su fortuna oculta en Andorra desde el 1991. La Fiscalía acusa el expresidente de la Generalitat y su familia de crear “una red de clientelismo”, y pide 9 años de prisión para Jordi Pujol por los delitos de asociación ilícita (5 años), del cual lo hace director, y de blanqueo de capitales (4 años). La pena más alta pedida es para el primogénito, Jordi Pujol Ferrusola: 29 años de prisión, porque además de los dos delitos del padre, también se le imputa los delitos contra Hacienda y falsificación documental, como también a su exmujer Mercè Gironès (17 años de prisión), y a Josep (14 años). Para el resto de hijos -Pere, Oleguer, Oriol, Mireia y Marta- lo fiscal pide 8 años de prisión por los delitos mismos delitos imputados a su padre. También pide cinco años de prisión para la decena de empresarios investigados por los delitos de blanqueo (3 años) y falsedad documental (2 años).
Las defensas piden la absolución porque no se ha concretado ninguna irregularidad. En concreto, se sostiene que el dinero que tenían en Andorra provienen de la deja que los dejó el abuelo Florenci, ascendían a 140 millones de pesetas en dólares, y que estos "no guardan ninguna relación con el alta función pública que Jordi Pujol i Soley ejerció en la Generalitat de Catalunya" desde su primer nombramiento como presidente el 1980 hasta su cese el 2003.