Donald Trump quiere seguir gobernando desde un hospital. En concreto desde la suite presidencial del Centro Médico Militar National Walter Reed en Maryland. Los rumores sobre su estado de salud han crecido en 24 horas y a golpe de tuit, y vídeo, se dedica a reiterar que todo está controlado: "Llegué aquí, no me sentía muy bien, pero ahora me encuentro mucho mejor. Estamos trabajando duro para volver del todo. Tengo que volver porque todavía tenemos que hacer Estados Unidos grande de nuevo", asegura Trump y añade: "creo que estaré de vuelta pronto".

Más de cuatro minutos para dar vueltas sobre un mismo tema que tanto había banalizado: el coronavirus. Ahora, en cambio, se pega a frases más escuchadas hace medio año, que parecen caducadas: "Ganaremos este virus o cómo se quiera llamar". Y apelando a su responsabilidad de estado y sin olvidarse del discurso patriótico que le hizo ganar votos afirma: "No podía quedarme en la Casa Blanca cerrado, tenemos que afrontar problemas".

Serán vitales los próximos días

Los próximos días, como pasa siempre en esta enfermedad, serán claves. Más de tres veces ha insistido con qué se siente bien pero no ha negado que hace falta "una prueba definitiva" que marcará la evolución de los próximos días. La campaña, por el discurso que se deduce, continúa: "Quiero acabar de la manera que lo estamos haciendo". Pero la realidad es que ha suspendido todos los compromisos que tenía desde el pasado jueves.

¿Ha necesitado oxígeno?

Este es el punto más oscuro. El empeoramiento de su enfermedad puede venir marcado por si los médicos le han suministrado oxígeno o no. El equipo que lleva su evolución aseguró que ya no tenía fiebre. evolucionaba bien y "ya no necesitaba oxígeno". Declaraciones que hacen deducir rápidamente que sí había necesitado. Las comunicaciones van disparadas por todas partes. Según fuentes consultadas por el diario The New York Times, ayer, antes de ser trasladado en el hospital, Trump tuvo que recibir oxígeno porque sus niveles en sangre habían caído y tenía dificultades respiratorias.

f43a0c6414e8ad5ab81fe045c8d3bd9da7815a41El equipo médico en rueda de prensa / Foto: EFE

En paralelo, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Marc Meadows, no ha escondido que estuvieron "muy preocupados" y las próximas 48 horas serán "críticas" y determinantes para la evolución de su enfermedad: "Todavía no estamos en un camino claro hacia una recuperación completa". Estas declaraciones las hizo pocos minutos después de escuchar un equipo médico poco convencido en su relato y más pendiente de no hablar más de la cuenta.

Operación Maga

Para desvanecer dudas, Trump publicó el vídeo y llamó a su amigo y abogado personal Rudolph W. Giuliani para que le transmitiera un mensaje en el mundo exterior. "Voy a ganar eso", le dijo Trump. Y a través de twitter, obviamente, Giulani y los suyos no pierden la oportunidad de seguir con una campaña sucia y cargada de reproches, también contra los periodistas: "La reacción del New York Times, CNN y MSNBC indican que tienen una enfermedad peor que el coronavirus. No hay terapias ni vacunas. La enfermedad es un odio descontrolado por un gran presidente que los enfrenta en nombre de todos los que lo desprecian".

El objetivo que se ha marcado Trump es que su entorno haga campaña por él mientras se recupera. En los Estados Unidos se conoce como Operación Maga y algunos votantes incluso se han trasladado hasta las puertas del hospital para recibirlo cuando salga.

En un comunicado se detalló toda la operación: "El vicepresidente Mike Pence hará apariciones en campaña presencial en estados clave, igual que los primeros miembros de la familia Donald J. Trump, Jr., Eric Trump y Lara Trump". Aunque Trump quiere dejar claro que no hay transferencia transferencia de poderes. La Constitución sin embargo, también prevé la destitución forzosa de un presidente, incluso si está demasiado enfermo para delegar sus funciones o en caso de que se niegue a hacerlo.

¿Y Melania?

Él mismo ha bromeado que se encuentra mejor porque "es un poco más joven". El matrimonio se porta 24 años de diferencia, Melania tiene 50 y Trump, 74. La imagen de su mujer tampoco ha salido reforzada esta semana. Un audio grabado el año 2018, y que ahora ha salido a la luz, pone de manifiesto las frustraciones de la primera dama poco antes de que el presidente Trump se enfrentara a los votantes en su intento por un segundo periodo presidencial.

Además, se burló de las dificultades de los niños migrantes que fueron separados de sus padres en la frontera en el 2018. Y cargó con la Navidad y la tradición de decorar la Casa Blanca: "Sabes, a nadie le importa una mierda las decoraciones navideñas".

Imagen principal: Trump en la suite del centro médico donde está ingresado