El candidato del PSC a las elecciones del 21-D, Miquel Iceta, se ha alineado con Cs y PP y ha asegurado que el mejor lugar en que se verán los apoyos a la vía independentista no es en la manifestación de Bruselas sino en las urnas. "Como soy firme partidario del derecho de manifestación y de la libertad de expresión, me parece muy bien que los independentistas se manifiesten en la forma que tengan por conveniente", ha expuesto el líder socialista en un acto sectorial sobre personas mayores en la UGT.

Ahora bien, aunque Iceta no ha expresado su oposición a la manifestación, sí que ha restado importancia a su valor político: "Al final y afortunadamente en democracia, la fuerza se demuestra el día que se vota con todas las garantías", ha soltado el presidenciable de los socialistas.

Iceta, el "vendedor" de Catalunya

Aparte de expresar su opinión sobre la manifestación en Bruselas, el socialista ha explicado a los asistentes su preocupación por la situación económica actual como consecuencia de la crisis política entre los gobiernos español y catalán. En este sentido, ha asegurado que Catalunya está perdiendo inversiones y está reduciendo su recaudación en ámbitos como el turismo. Al respecto, ha dicho que hay hoteleros que le dicen que la afectación del atentado del 17 de agosto quedó absorbida en 48 horas pero que en cambio el efecto de la situación de septiembre y octubre no se está absorbiendo sino que se ha traducido en recomendaciones en otros países y la pérdida de paradas de cruceristas.

"Cuando sea presidente me tendré que dedicar mucho a ser el primer vendedor del país, ir a Madrid, Bruselas y Pekín y les diré que Catalunya ha recuperado el rumbo de siempre, que volvemos a ser un lugar amable donde se puede invertir", ha declarado. Ha apostado también por la recuperación de la actividad económica como vía para recuperar el poder adquisitivo de los ciudadanos y, sobre las personas mayores, ha criticado que el gobierno español "haya metido la mano" en el fondo de reserva para pagar otras cosas. Según él, serían necesarios otros ingresos fiscales que no vengan del trabajo para evitar estas situaciones cuando baja el empleo.