Pistoletazo de salida al XIV congreso del PSC con el balance del trabajo hecho los últimos tres años y los planes para el próximo trienio por parte de su líder, Miquel Iceta. Tres ideas clave: es urgente que se convoquen elecciones en Catalunya porque el Govern está "fracasado y dividido" -con un Torra "quiere conflicto" en lugar de "diálogo"-, la solución pasa por blindar y mejorar el autogobierno y la financiación catalanes y en el futuro será necesario que las fuerzas de izquierdas catalanas vuelvan a entenderse.

La intervención de Iceta, que verá fortalecido su liderazgo una vez concluya el congreso este domingo, ha sido larga y se ha detenido en las etapas más destacadas vividas desde 2016. Momentos marcados, obviamente, por la DUI, el 155 y la llegada a la Generalitat del tándem Torra-Aragonès. El jefe de filas de los socialistas se ha quejado de que los catalanes tienen "la mala suerte de tener un president que quiere el conflicto", un hecho que desde su punto de vista hace imprescindible que Torra ponga las urnas. Es mirando a las próximas elecciones catalanas -que los socialistas confían en que sea durante el primer semestre de 2020- que ha lanzado el mensaje de la tarde: "no nos habíamos marchado, quizás nos habíamos distraído, hemos vuelto, más fuertes y decididos que nunca". Unas palabras que refuerzan las declaraciones de su mano derecha esta mañana. El secretario de organización, Salvador Illa ha afirmado que están "seguros de que el PSC volverá a ser el primer partido de Catalunya".

Volver a unir las izquierdas

Durante su exposición ante de un millar de delegados territoriales del partido, el primer secretario socialista ha encarado los retos más inmediatos que deberán afrontar la política catalana y española. Y eso pasa por la necesidad de una investidura en el Congreso, ahora mismo en manos de Esquerra Republicana. "Quiero que las negociaciones lleguen a buen puerto y que gracias a la abstención de ERC podamos hacer gobierno progresista con Podemos; es un objetivo político de primera magnitud", ha sentenciado Iceta. Y ha añadido que los socialistas catalanes harán "lo que sea, incluso mordiéndonos la lengua" para hacer posible el acuerdo con los republicanos. Y ha ido más allá con la clara intención de blindar a Sánchez de las críticas internas de los barones socialistas por las negociaciones con ERC, comprometiéndose con el líder del PSOE a que "tendrá al PSC al lado, detrás, donde sea necesario, empujando en la misma dirección". 

Al hilo de esta reflexión, ha apuntado la necesidad de "volver a los fundamentos" de las alianzas de las fuerzas de izquierdas. Y ha citado a Soler Tura, que advirtió "de los riesgos que la autodeterminación" suponía para la unidad de los partidos progresistas. Con más claridad lo ha expresado Jaume Collbioni, que ha subrayado que "empezamos a tener la gran oportunidad de volver a unir las izquierdas". Toda una declaración de intenciones, teniendo en cuenta que el principal objetivo que se fija el PSC en este congreso es prepararse para volver a gobernar Catalunya.

Mejor autogobierno, financiación y reconocimiento

Iceta también ha dedicado un largo rato a dibujar los puntos clave de la receta socialista para resolver el conflicto catalán, refarirmando su apuesta por "reconocer Catalunya como nación y sujeto político -no independiente-". Recuperando el espíritu de la tercera vía ha manifestado que el PSC no quiere "romper" pero tampoco quedarse donde estamos. Y ha resumido su propuesta en "un autogobierno más sólido, mejor financiación y mayor reconocimiento". El problema de Catalunya, ha dicho, "no es de más competencias, sino que se respeten las competencias que ya tenemos". Una afirmación que, aunque no ha clarificado a quien iba dirigida, se puede interpretar como una crítica al gobierno del Estado, a quien ha pedido que "las competencias se puedan desarrollar sin interferencias, con recursos" y que se activen los "mecanismos para que podamos incidir en las decisiones de Estado".

En este sentido, el máximo dirigente socialista se ha comprometido a que "si el PSC tiene que arriesgar, arriesgará", porque es su "obligación". Para evidenciar qué quería decir ha puesto el ejemplo de como instantes antes de la DUI propuso a Puigdemont "acompañarle al Senado para encontrar una salida". "Lo volveríamos a hacer", ha asegurado.

Las propuestas clave sobre las cuales pivotará el congreso socialista de este fin de semana tienen que ver con la flexibilización de la inmersión lingüística -el punto que ha generado más controversia y que se ha optado por matizar incorporando una mención explícita a que el catalán seguirá siendo la lengua vehicular-, la eterna apuesta por una reforma federal de España o la necesidad de que el primer paso de la solución al conflicto catalán pase por un acuerdo amplio entre los partidos catalanes, como el de 2/3 que requirió el Estatut. Un pacto que, entonces sí, podría llevarse y sellarse con Madrid para que lo acabaran refrendando los catalanes en las urnas. De estas tres propuestas, la única que es nueva es la que tiene que ver con la enseñanza.