El motivos, en esta huelga feminista en el Día Internacional de la Mujer, sobran. Es por eso que este jueves al mediodía han tomado el centro de Barcelona. En la plaza de Catalunya de la capital, como antesala de la gran manifestación prevista para la tarde, centenares de mujeres se han reunido para hacer alzar su voz contra el machismo. "No nací mujer para morir por serlo", se podía leer en una de las muchas pancartas.

En el piquete central, convocado a las doce del mediodía, se han reunido centenares y centenares de mujeres. Había algún que otro hombre, pero estaban en clara minoría. Muchas madres se han acercado con sus hijos en brazos o en carrito. Es el caso de Anna, de 34 años, que lamenta que la guardería donde lleva a su hijo no quiso adherirse a la huelga. Pero también lo ha hecho "por ética y coherencia ideológica", porque no puede ser que otras mujeres tengan que cuidarlo porque ella haga huelga.

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¿Por qué se ha sumado a la huelga? Lisa y llanamente: "Porque soy mujer". Justamente Anna ve en la poca presencia de hombres "un reflejo de por qué tenemos que hacer huelga". También denuncia que algunos periodistas, que en este caso sí son mayoritariamente hombres, les tratan como objetos, como "simples piezas informativas".

Adrià, un joven militante de izquierdas de 20 años, sí que se ha sumado a la huelga. Lo ha hecho porque considera que la lucha por la liberación de la mujer es principalmente de las mujeres, pero donde los hombres tienen que ayudar. "Tendría que haber muchos más hombres, aunque las mujeres tienen que estar al frente de la protesta". De hecho, señala que "el enemigo es compartido", porque lo son las grandes empresas creadoras de las desigualdades de género.

La lucha feminista, para muchas de las mujeres que han hecho huelga, está también ligada a la lucha contra el capitalismo. "Patriarcado y capital, alianza criminal," han gritado en varias ocasiones las manifestantes. También se han escuchado clamores a favor de la liberación sexual y en contra de la discriminación contra lesbianas y transexuales.

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También se han acercado mujeres musulmanas, que han querido romper con los prejuicios que pesan sobre ellas. "Respeta mi existencia o espera mi resistencia", advertían. "Somos el grito de las que ya no tienen voz".

La mayoría de las asistentes eran mujeres jóvenes, estudiantes, que ven como, aunque han pasado los años, hay discriminaciones que no se han ido. "Si no estamos en la historia, no estaremos en las aulas", han reivindicado. Pero también se han acercado muchas mujeres mayores, que han sido recibidas con gritos de "sin yayas no hay revolución".