El Día de la Hispanidad ha supuesto el inicio del tímido deshielo entre los dos grandes partidos defensores de la patria constitucional. Partido Popular y PSOE sabían que el PDECat y ERC no desbloquearían la gobernabilidad, si no era a cambio del referéndum. El independentismo les confirma ahora que la desconexión es también social cuando dice que el 12 de Octubre en Catalunya no hay "nada que celebrar". Ello empuja a los socialistas a una abstención que les puede alinear con populares y Ciudadanos, dejando en el otro polo a un Podemos ausente durante la fiesta nacional porque cree que "la única patria es la gente".

Los gestos durante la jornada del 12-O denotan que la marcha del exsecretario general, Pedro Sánchez, ha cambiado las relaciones personales. Rajoy saludó amistosamente a la lideresa andaluza, Susana Díaz, y al presidente de la gestora, Javier Fernández –con quien se lleva "bien". El trato del gallego con Sánchez se había deterioriado hasta el punto del insulto en los debates televisivos –"indecente" y "ruin"– se habían intercanviado– y que el segundo no quisiera ni sentarse en el sofá de Moncloa el 23 de diciembre, en una reunión que mantuvieron tras las elecciones del 20-D.

El aguacero dibujó asimismo la alegoría del entendimiento para los portavoces de PP y PSOE, Rafael Hernando y Antonio Hernando, quienes mantienen un trato cordial. Por ejemplo, ambos fueron vistos hace muchos meses en un almuerzo, aunque en el Congreso también charlan a veces en los pasillos. A su vez, la lluvia incesante sobre la tribuna de invitados obligó a Fernández a compartir paraguas con Pedro Antonio Sánchez, presidente de Murcia y dirigente del Partido Popular. 

Más allá de acciones puntuales, la recepción en el Palacio Real ofrecida cada año por los monarcas ilustra cuál es el horizonte político que prevén en Moncloa. Rajoy decidió "mejor estar callado" sobre si podría presentarse a una investidura. Sin embargo, hace días se supo que prepara un discurso de tono "conciliador" para la posible sesión. Los compromisos internacionales tampoco serían un problema porque el ministro de economía en funciones, Luis de Guindos, se apunta como quien le podría sustituir en la Cumbre Iberomericana de los días 28 y 29 de octubre en Colombia, si hay investidura, finalmente.

Durante la recepción con 1.300 autoridades, los socialistas también insinuaron intenciones de rendirse. Fernández no habló de abstención, pero la mayoría de barones socialistas allí presentes coincidieron en que no habrá terceras elecciones. Esta decisión se tendrá que tomar en un comité federal, previsiblemente el domingo 23 de octubre. De llegarse a ese escenario, y con un PSC que se niega por activa y pasiva a favorecer el gobierno de Rajoy, existe la posibilidad de que Ferraz acepte que sólo once diputados cedan. Sin embargo, Díaz espera una "mayoría sólida" para dar el paso.

Este 'nuevo PSOE' resultante de la crisis ya empieza a tomar forma. Sánchez no asistió al desfile porque no es el jefe de la oposición. En su lugar, estuvieron Díaz, Fernández y Hernando. La primera exhibe facilidad para moverse entre los círculos de poder madrileños y eso aventura el choque con el exsecretario general por el liderazgo del PSOE. El primero dice querer "hacer país", pero la segunda declaró durante el 12-O que el futuro de Ferraz pasa por el "protagonismo" de Andalucía. Mientras tanto, Fernández conducirá la transición y Hernando será el portavoz que pase de defender el 'no' a la posible abstención.

La connivencia de los socialistas con PP y C's da alas a Podemos para acentuar la la trinchera que quiere cavar entre los dos bloques. La formación morada estuvo ausente durante el Día de la Hispanidad porque considera que la patria no es un Estado, sino la gente. Este discurso de corte populista le costó las críticas del PP a lo largo de toda la semana, ya que en Génova entienden el otro patriotismo –el constitucional. De hecho, la no ruptura con el marco actual es el principal valor que comparten los populares con Ciudadanos y al PSOE "desacomplejado" que no pacta con podemitas y Díaz aspira a dirigir.

Catalunya no vive al margen de esa triple entente, sino que hace de argamasa. El independentismo de la sociedad civil trabajó el 12-O porque no aceptan la Hispanidad como día nacional. Cualquier desafío a la legalidad española –ya sea por parte de los políticos o de los ciudadanos– pasará en adelante por los juzgados. Es en el proceso hacia el Estado propio donde reside el sentido del deshielo entre PSOE y PP: con un C's en retroceso, y sin canalizar el soberanismo de ERC y PDC, los patriotas de Ferraz y Génova estarán condenados a entenderse para sacar a España de la ingobernabilidad.