El escritor peruano Mario Vargas Llosa ha aprovechado su discurso con motivo del día de San Isidro, para hacer una proclama de madrileñismo con tono hiperventilado, ante el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida; la presidenta de la comunidad, Isabel Díaz Ayuso, y también el presidente del PP, Pablo Casado. Vargas Llosa ha asegurado que Madrid es una ciudad sin racismo y la más cosmopolita de todas.

"Madrid abre sus puertas y ventanas; hay pocos madrileños de origen. Madrid es una historia sin racismo. Este amor a la libertad se ha manifestado de una manera ejemplar, porque quizás es la ciudad más cosmopolita de todas", ha asegurado.

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El escritor ha seguido el tono militarista que tanto gusta en algunos círculos españoles, para definir la actitud de los ciudadanos de Madrid en la crisis sanitaria del coronavirus. Y los ha descrito como "verdaderos soldados" que se han enfrentado a la enfermedad "a manos descubiertas".

El alcalde de Madrid ha entregado una distinción a Mónica López, médica internista en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid, que ha representado al conjunto de madrileños y es una de las pacientes que se han recuperado del Covid -19. Y ésta prácticamente ha enmendado el discurso de Vargas Llosa. "No somos héroes, yo no tengo vocación de eso, no nos enseñan eso a la facultad", ha indicado sin ambages.

Una violoncelista de la banda municipal ha interpretado la canción tradicional catalana de Navidad El cant dels ocells, popularizada por Pau Casals, en un acto en la plaza de la Civeles. El Ayuntamiento ha depositado allí una corona de laurel en homenaje a los muertos por el coronavirus.

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