Todos los grupos del Parlament han coincidido en la valoración: la reunión con Roger Torrent ha ido "bastante bien". Así lo han asegurado varias fuentes parlamentarias al salir del encuentro de este miércoles, convocado por el presidente de la cámara después del pleno crispado de la semana pasada. En términos generales, todos han coincidido también en el diagnóstico: la "línea roja" es la "descalificación personal" y "deshumanización" del adversario.

El encuentro ha sido convocado a instancias del presidente del Parlament, que este martes envió una carta a todos los grupos, donde instaba a los diputados a mantener el decoro "por respeto a la institución y, sobre todo, por respeto a la ciudadanía". A la reunión han asistido Marina Bravo (Cs), Josep Costa (JxCat), Sergi Sabrià (ERC), Eva Granados (PSC), Susanna Segovia (Catalunya en Comú) y Santi Rodríguez (PP). Sólo ha faltado la CUP, porque ninguno de sus cuatro diputados tenía disponibilidad.

Durante la reunión, según fuentes de su entorno, el presidente Roger Torrent ha recordado a los diputados que hay un Código de Conducta aprobado por unanimidad de la cámara, que exige que la relación sea de respeto y cordialidad. En este sentido, ha señalado que, cuando no se cumple, es a él a quien le corresponde "adoptar las medidas que considere necesarias para hacer compatible el derecho a la libertad de expresión con las mínimas normas de respeto que son exigibles en un Parlamento democrático".

Todos los portavoces han coincidido en la situación de "crispación" que se ha vivido en la cámara, y han agradecido la reunión a Torrent. Han coincidido en que el pluralismo se tiene que preservar, y que las posiciones se pueden defender "con la vehemencia que haga falta", pero que hay una "línea roja": la descalificación personal. Es por eso que todos se han comprometido a hacer un "ejercicio de autocontención".

Según fuentes parlamentarias, si alguien utiliza expresiones como "supremacista" o "fascista" para describir a un diputado o miembro del Gobierno, que se escucharon durante el pleno de la semana pasada, el presidente del Parlament le llamará la atención. En cambio, sí se podrá decir que un artículo tiene un "tono supremacista".

Algunas fuentes han admitido que se trata de una situación "complicada", porque el momento político es muy complejo y "el hilo es muy delgado".