Después de tropezar con Marruecos hace algunos meses, el presidente español, Pedro Sánchez, ha indignado ahora a Grecia. El gobierno griego ha protestado por los pactos en armamento que ha hecho esta semana Sánchez con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, porque el ejecutivo de Atenas considera que amenazan a su país. Y encima la maniobra de Sánchez también ha situado a España en mala posición con Francia, porque contradice acuerdo de ayuda militar que París tiene con el país helénico.

Según informa Euractiv, el Gobierno griego "ha reaccionado con contundencia" después de que Sánchez, y Erdogan han acordado reforzar la cooperación entre los dos países en la industria de defensa. "En una reunión de los dos jefes de Estado miércoles (17 de noviembre) en Ankara, Erdoğan ha elogiado la cooperación con Sánchez y ha anunciado programas de armamento conjuntos. En particular, ha recordado que Turquía, en cooperación con España, ha construido el barco de asalto anfibio de la Armada turca Anadolu, que se puede configurar como portaaviones ligero", afirma el medio.

"Grecia, indignada con el nuevo acuerdo de armamento entre España y Turquía", titula Euractiv

 

"El portavoz del gobierno griego, Giannis Oikonomou, ha indicado que lo que sería natural es que los estados miembros de la UE se sintieran vinculados por las decisiones del Consejo de la UE cuando se trata de relaciones con Turquía y sus provocaciones y violaciones del derecho internacional. El primer ministro socialista español tendría que haber tenido en cuenta la posición general del Consejo Europeo, ha dicho el responsable griego", recuerda Euractiv.

El acuerdo Francia-Grecia que España contradice

 

En Atenas sospechan que el acercamiento hispano-turco no es casual, sobre todo después de que Grecia y Francia firmaron un acuerdo que ofrece asistencia mutua en caso de que una parte sea atacada por un tercer país, aunque este forme parte de la OTAN, como sería el caso de Turquía. Consideran en términos diplomáticos que la actitud de España no es positiva ante la creciente implicación de Francia al Mediterráneo oriental, y entra en contradicción con ella.

Sánchez y Erdogan analizaron en su encuentro el futuro de las relaciones entre los dos países en materia de defensa. La empresa española Navantia ha acabado este año el pequeño portaaviones turco. Y Erdogan ha anunciado que quiere seguir comprando armamento a España. "Si Dios quiere, al acabar este proyecto, tenemos el objetivo de hacer un [portaaviones] más grande. También hemos hablado de poder tratar en el futuro el proyecto de un submarino. Y hemos visto que podemos trabajar con la cuestión de los drones", ha dicho el presidente turco, sin dar más detalles. Si las armas son de carácter marítimo está claro que el enemigo en quien piensa Erdogan no son en este caso los kurdos sino los griegos.

Efectivamente, Turquía está construyendo actualmente en los astilleros SEDEF de Estambul el portaaviones TCG Anadolu, diseñado por Navantia sobre la base del portaaviones Juan Carlos I, con un contrato de transferencia de tecnología que también prevé el suministro de 5 grupos diésel-generadores así como asistencia técnica. Para Erdogan, este portaaviones no es muy grande y quiere por eso el de más eslora.

Sánchez destacó en la rueda de prensa que "Turquía no es solo un vecino, sino un socio y aliado imprescindible para la Unión Europea". Por eso, Sánchez ha animado "a perseverar en el esfuerzo por este acercamiento progresivo", y se ofreció a trabajar juntos para que esta agenda salga adelante.