La Generalitat "no descarta" elevar las peticiones de penas y modificar los delitos de que acusa a los tres únicos procesados por los atentados del 17-A, al final del juicio, si en este surgen elementos que permitan endurecer las condenas solicitadas.

El Govern ha anunciado esta posible modificación de sus escritos, después de que ayer trascendiera que pide penas de hasta 44 años de prisión para los tres procesados por los atentados y se alinea con la Fiscalía al no acusarlos de delitos de asesinato por los muertos que causaron en los ataques de Barcelona y Cambrils (Baix Camp).

Las asociaciones de víctimas, por el contrario, sí que acusan a los tres supervivientes de la célula terrorista de los delitos de asesinato e intento de asesinato por los muertos y heridos en los atentados, de manera que solicitan penas de prisión permanente revisable y que superan los 2.000 años de prisión.

En sus escritos de calificación iniciales, tanto la Generalitat como el Ayuntamiento de Barcelona comparten la tesis de la Fiscalía y ciñen la responsabilidad penal de los tres únicos procesados por el 17-A en su pertenencia y colaboración con la célula y la fabricación de explosivos, sin vincularles con los ataques que improvisaron los terroristas muertos después de saltar por los aires el chalet de Alcanar (Montsià) donde almacenaban los artefactos.

Según la Generalitat, la acusación particular que esta ejerce -en nombre de los mossos y bomberos heridos en la explosión de Alcanar- podría modificar su petición de penas y tipología de delitos "en función de los testigos y las pruebas" que surjan en el juicio.

Después de recordar que la propia Audiencia Nacional descartó procesar por asesinato a los tres supervivientes de la célula, el Govern insiste en que quiere que los responsables de la explosión de Alcanar "paguen con la máxima severidad posible por sus acciones delictivas".

De hecho, el Ayuntamiento de Barcelona pide penas de hasta 94 años al acusar a dos de los procesados de delitos de lesiones por los 27 heridos que causaron, entre vecinos, mossos y bomberos, con la explosión del chalet de Alcanar y la segunda deflagración ocurrida durante el desescombro.