Desconcierto es la reacción del Govern de la Generalitat al encargo del Ministerio de Educación de revisar los contenidos de los manuales escolares de Historia y Geografía catalanes. La revisión arranca de una denuncia de Acción para la Mejora de la Enseñanza Secundaria (AMES) un sindicato casi inexistente en Catalunya y sin representatividad en España. Su denuncia se basa en una pintoresca recopilación de los "planteamientos con clara intencionalidad de adoctrinamiento ideológico partidista" que el sindicato encuentra en algunos manuales.

Apoyado en ese documento, el secretario de Estado de Educación, Marcial Marín, ha pedido a la alta inspección un "informe detallado" sobre los manuales para ver si vulneran "la normativa vigente".

El autor o autores del documento mencionado y, por extensión el Ministerio que se fía, "no conocen bien el marco normativo", explican en el Govern. "No es la administración educativa quien decide qué materiales utiliza cada centro. Ya hace años que desapareció el informe favorable previo para autorizar libros de texto [del que habla AMES] porque se considera más que suficiente la profesionalidad de los responsables de elaborar el material docente", añaden.

Además, "los ejemplos que salen son unas páginas determinadas, descontextualizadas. Hay que entender todo el contenido del libro, y en una etapa [Primaria, Secundaria] completa". El Govern "respeta este sindicato y su posicionamiento, pero no lo compartimos" y pide "ser correspondido con objetividad y rigor".

Desconfianza

El Govern insiste en que "duele la desconfianza sobre la profesionalidad de los docentes" y que el sector editorial se ocupa de los manuales escolares "con gran responsabilidad".

Son los maestros los que utilizan estos materiales docentes y ellos y las escuelas son quienes mejor saben escoger entre la oferta de las editoriales lo que conviene a sus alumnos, según el argumentario del Ejecutivo. "Tenemos plena confianza en que los docentes no hacen uso malintencionado de ningún material o herramienta pedagógica".

Al Govern le queda la duda sobre las intenciones con que el ministerio encarga esta revisión. "Sobran grandes titulares. Las administraciones tienen que favorecer que los centros trabajen con tranquilidad y no crear polémicas".

Sacar adelante la revisión de los libros tendrá otras consecuencias, según han insinuado fuentes del Govern. "Lo hemos sabido a través de los medios", se han quejado. "Si esta es la costumbre y la primera decisión del ministerio fruto de los trabajos de la subcomisión del pacto educativo, mal empezamos".