La Fiscalía pide cinco años de prisión para tres ultraderechistas españolistas que agredieron a un mantero indio de religión sij en Barcelona durante una concentración de Sociedad Civil Catalana justo después de la declaración unilateral de independencia. Les acusa de robo con violencia y lesiones con el agravante de motivación racista y religiosa por haber golpeado al vendedor ambulante y haberle robado cuatro banderas españolas que el hombre quería vender durante la concentración. Varios acusados tienen antecedentes similares.

Según el fiscal, hacia las dos y media de la tarde del 29 de octubre del 2017 la víctima estaba vendiendo de forma ambulante en la calle, en la esquina entre Pau Claris y Casp. En concreto vendía banderas españolas aprovechando la masiva concentración de Sociedad Civil Catalana a favor de la unidad de España justo dos días después de la declaración unilateral de la independencia en el Parlament. El vendedor llevaba el tradicional turbante sij, propio de su comunidad religiosa.

Cuando los acusados llegaron a la zona y vieron el origen extranjero del vendedor decidieron robarle las cuatro banderas que llevaba para vender. La víctima se resistió a los tirones y forcejeó con los ladrones, que acabaron quitándole las banderas mientras le llamaban "moro" y "musulmán" y le daban puñetazos y patadas en varias partes del cuerpo. Otro de los acusados permaneció viendo la agresión sin oponerse. La agresión se acabó cuando otros ciudadanos se interpusieron. Cuando ya se marchaban, uno de los acusados se dio la vuelta enseñándole las banderas robadas al vendedor y diciéndole: "mira, morito".

Hacia las 5 de la tarde los acusados fueron ante el Palau de la Generalitat, donde había otra concentración españolista. Uno de ellos lucía una de las banderas robadas y fue denunciado administrativamente por la 'ley mordaza'.

Por todo eso, el ministerio público pide para ellos cinco años de prisión y seis de alejamiento respecto de la víctima por robo con violencia e intimidación, 600 euros de multa, indemnización de 1.500 euros por daños morales y pagar las cuatro banderas españolas robadas.

Se da la circunstancia de que uno de los acusados llevaba tatuada en la mano una cruz esvástica y en una foto en Twitter salía saludando con tres dedos alzados, como el juramento nazi. De hecho, dos de los acusados ya tenían denuncias previas por usar y exhibir navajas, otro por agredir a un indio, y otro había sido identificado por agredir a sudamericanos. Uno de los acusados fue arrestado en el 2015 por robar y agredir a un magrebí.