La fecha de la sentencia del juicio al procés independentista es una incógnita, con un abanico de posibilidades que van desde hoy mismo hasta mediados de octubre, aunque también se podría prolongar más allá. Todo ello hace que se haya convertido en una serpiente de verano donde parece que todo el mundo hace su apuesta, y si hace pocos días recordábamos que Marchena estaría dispuesto a jugar una carta escondida, la de publicar la sentencia este mismo agosto con la intención de minimizar las reacciones, este viernes se apunta a todo el contrario, que no habrá sentencia hasta octubre.

La fecha supuestamente límite es el 16 de octubre, que es cuando Jordi Cuixart y Jordi Sànchez lleguen a los dos años en prisión preventiva, el límite fijado por la ley -que de todos modos, se puede prorrogar-. Además, dos días antes, el 14 de octubre, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha convocado la vista donde prevé pronunciarse por la cuestión prejudicial sobre la inmunidad de Junqueras. Por eso, según adelanta hoy El Confidencial, El Tribunal Supremo tiene la intención de agotar el plazo y no hacer pública su decisión hasta octubre, concretamente la primera quincena, para evitar los datos límite de la mitad de mes.

El motivo, según el mencionado medio, es el de no interferir en una eventual investidura del presidente del Gobierno, que debería que tener lugar como muy tarde el 23 de septiembre, día en el que quedarán fijadas nuevas elecciones legislativas de forma automática si no se llega a investir ningún candidato.

En todo caso, si el Supremo decide retrasar la publicación de la sentencia precisamente para no interferir en la investidura y en el posicionamiento que podrían tomar las partidos independentistas catalanes, la paradoja es que eso no impedirá que ERC y JxCAT tomen una decisión basándose en las expectativas que puedan tener sobre la misma sentencia. Vaya, que el Supremo interferirá sí o sí, ya sea por activa o por pasiva. La única opción de Marchena parece ser la de escoger entre hacerlo explícitamente, adelantándola, o implícitamente, retrasándola. Al fin y al cabo, se trata de un juicio político, con consecuencias políticas.

El medio citado apunta que dictar sentencia antes de la eventual investidura influiría también en el posicionamiento de Podemos.