La proposición de ley de la CUP para modificar el artículo 14 de la ley de educación en Catalunya para hacer que el catalán sea la única lengua vehicular en la escuela catalana ha naufragado en el Parlament. La propuesta de los cupaires, que no formaron del pacto para la conocida como ley del catalán entre PSC, ERC, Junts y los comuns del 2022, se había tropezado desde un buen principio con la negativa frontal de socialistas, comunes y republicanos, que habían presentado enmiendas de retorno, como también habían hecho PP y Vox, y finalmente también desde Junts han acabado posicionándose en contra de la proposición de ley. Los dos partidos independentistas han aclarado que si bien están de acuerdo con el análisis de la CUP, que ha lamentado desde el atril del Parlament el estado actual de la lengua catalana, que se encuentra en una situación de retroceso y ve cómo se reduce su uso social, especialmente entre los jóvenes catalanes, no coinciden con la idea modificar la ley, ya que eso rompería el consenso que se alcanzó en el 2022.

Nogay Ndiaye ha sido la encargada de defender la propuesta de la CUP, remarcando la importancia de que el catalán sea la única lengua vehicular y pidiendo a los partidos que permitieran que la proposición de ley pudiera seguir su debate parlamentario, pero no ha sido capaz de convencer'ellas. Ndiaye ha reconocido que hacer que el catalán sea la única lengua vehicular no será suficiente para que esta se recupere de la tendencia descendente que sufre desde hace años, pero ha señalado que el campo educativo es "estratégico" para no dividir el país.

Una proposición "incompleta" y "poco seria"

Desde de Esquerra Republicana, la diputada Mónica Palacín ha explicado la posición de su grupo parlamentario, asegurando que si bien comparte las reflexiones de los anticapitalistas no está de acuerdo con el medio que proponía este miércoles la CUP en el Parlament: "La educación tiene que ser sinónimo de consenso, solo con este se consigue avanzar en todos los ámbitos de las políticas públicas y el objetivo tendría que ser alcanzar amplias mayorías en esta cámara", ha reflexionado la diputada republicana. Palacín también ha lamentado que con la propuesta de la CUP sitúa el catalán "fuera de un marco legal seguro, que deja sin protección a la comunidad educativa", defendiendo la ley aprobada en cuyo 2022 los anticapitalistas se desmarcaron.

Desde Junts per Catalunya, que no había presentado ninguna enmienda de retorno, el diputado Francesc Ten ha expresado una posición similar a la de ERC, subrayando que si bien comparten la visión y la diagnosis que hace a la CUP de la situación lingüística, ha apuntado que la "LEC no se tendría que tocar, al menos por ahora, ya que podemos perder más de lo que podríamos ganar". "Hasta ahora se ha demostrado que es una ley sólida y lo que tenemos que hacer es exigir que es cumpla", ha insistido Ten, que a su vez ha señalado que la proposición de la CUP es "incompleta" a sus ojos.

Fuera del independentismo, los dos partidos que se alinearon con ERC y Junts para aprobar la Ley del catalán en el 2022 fueron comunes y el PSC, y los dos se han opuesto igualmente a las enmiendas de la CUP. Los socialistas han advertido que la proposición "contraviene" el marco legal mientras que Joan Carles Gallego, diputado de los comunes ha lamentado que los cupaires hayan sido "pocos serios" al fiar a la vehicularidad única del catalán la solución a todos los problemas de la lengua. Coincidiendo con las palabras de ERC, Gallego también ha situado el consenso en el centro de cualquier decisión que se tome en una materia tan delicada como la lingüística.