"No estamos para acogerlos". De esta manera se expresaba el ministro del Interior francés Manuel Valls en 2013 sobre los roms, como se conoce en Francia a los gitanos rumanos que viven en campamentos. Los mismos roms que expulsó del país. Cinco años después, ahora ya como alcaldable de Barcelona, lo niega rotundamente. "Son fake news", respondía este lunes a los periodistas durante la presentación de su libro Barcelona, vuelvo a casa. "Nadie puede hacerme pasar por racista", aseguraba. A pesar de todo, los datos lo desmienten: con Valls en el Ministerio fueron expulsados miles de gitanos a Bulgaria y Rumania.

El exprimer ministro trata este episodio en su libro –le dedica cinco páginas--, pero paso de puntillas por encima de las expulsiones. También lo atribuye al "ruido mediático interesado" de algunos sectores. Y lo circunscribe a la expulsión de una "familia kosovar". En realidad primero detuvieron y expulsaron a una niña gitana mientras estaba de excursión con su instituto. Al día siguiente también fue deportada su familia.

Pero la hemeroteca del mismo Manuel Valls desmiente que sea una fake news. En un debate en la cadena BFMTV en 2013 con el diputado de derechas Eric Ciotti, el entonces ministro del Interior aseguraba que durante el último año se habían expulsado a 5.000 roms. Cuestionado por Ciotti porque consideraba que ya no había expulsiones, Valls replicaba que no era cierto: "Hemos procedido a 5.000 retornos a la frontera, y hay que continuar".

El mismo Valls presentó en enero del 2014 un balance de su política migratoria: 27.000 expulsiones el año 2013, no sólo de gitanos. Si bien no detalló la cifra de gitanos, sí que habló de un descenso del 10% de la cifra de roms que vivían en campamentos. A pesar de todo, organizaciones como la Liga de los Derechos Humanos (LDH) criticó las cifras, y hablaron de más de 20.000 roms expulsados durante aquel año.

Sí que es cierto que Valls quiso dar un enfoque más "humanista" a su gestión migratoria. En una circular enviada a los prefectos en el 2012, apostaba por garantizar "soluciones alternativas" a los gitanos desalojados de los campamentos, así como algunos servicios sociales, como la escolarización. A pesar de todo, expulsó a miles de gitanos. Incluso suprimió las ayudas para el retorno a sus países, que podían llegar a suponer 1.000 euros. Y en varias ocasiones reiteró que no era partidario de la entrada de Bulgaria y Rumania al espacio Schengen de libre movimiento de personas.

"No estamos para acogerlos"

Una entrevista concedida en 2013, también en BFMTV, es reveladora de su posicionamiento hacia la población gitana. Preguntado por el periodista si "tenemos que alojarlos, tenemos los medios para alojarlos a todos", el actual alcaldable por Barcelona respondía que "hay que desmantelar todos los campamentos" y decía que, después de buscar soluciones alternativas, había que reconducirlos hacia la frontera.

"La mayoría tienen que ser reconducidos a la frontera, no hay ninguna otra solución", aseguraba Valls. Y cuando el periodista le pedía claridad el entonces ministro del Interior replicaba: "No estamos para acoger a estas poblaciones. Hay que decir las cosas con claridad. No es estigmatizar, sino mirar la realidad".

En otra entrevista, en France Info, decía que había que "decir la verdad a los franceses". En este sentido, advertía que "es ilusorio pensar que arreglaremos el problema de los roms sólo a través de la inserción". Y remataba: "No hay ninguna otra solución que desmantelar estos campamentos progresivamente y reconducirlos a la frontera".

"Un estilo de vida opuesto al nuestro"

Sin ir más lejos, unas declaraciones suyas de 2013 acabaron a juicio, denunciado por incitación a la discriminación racial, aunque el caso finalmente acabó en nada. Concretamente, la asociación Voix des Roms (Voces de los roms) lo denunció por hablar de la "vocación" de esta población gitana: "Están destinados a volver a Rumania o Bulgaria".

El entonces ministro del Interior aseguró que "no desean integrarse en nuestro país por razones culturales o porque están en manos de redes dedicadas a la mendicidad o a la prostitución". Y añadía: "Tienen un estilo de vida enormemente diferente al nuestro que, evidentemente, se opone al nuestro".

El actual alcaldable por Barcelona ha intentado borrar su ofensiva contra los gitanos del currículum entre 2012 y 2014, cuando fue ministro del Interior, pero la hemeroteca es un obstáculo.