El diplomático retirado y exdirector del CNI Jorge Dezcallar considera que la decisión del Tribunal de Estado de Schleswig-Holstein sobre el president Carles Puigdemont "es un golpe a la construcción de Europa", puesto que la cooperación policial y judicial en el seno de la UE se basa en la confianza entre países "homologables".

El problema, a su juicio, es que "entre dos países amigos" pasen estas cosas, ha dicho en una entrevista con Europa Press. Dezcallar ha puntualizado, no obstante, que se refiere al problema "entre jueces" —los alemanes no vieron equiparable el delito de rebelión español con el de alta traición alemán— mientras que ha quitado hierro a la vertiente política, por "las declaraciones desafortunadas de una ministra alemana que se echa para atrás".

Además, ha advertido: "Si el señor Puigdemont fuera alemán, no existiría, y su partido no existiría porque estaría prohibido por la Constitución alemana". "En España tenemos un sistema que nos permite tener partidos que van contra la Constitución, somos fantásticos o estamos locos y tienen razón los alemanes", ha proseguido.

A su modo de ver, quienes tienen que ponerse de acuerdo son los "jueces y juristas" en lo que parece un "debate terminológico". Eso sí, ha añadido que una vez que el Gobierno ha optado por dar al problema solo una respuesta judicial "lo menos que puede hacer uno es aceptar lo que dicen los jueces y los jueces hablarán".

Además, cree que esa falta de "respuesta política" es lo que está generando ciertas simpatías por los independentistas en algunos lugares de Europa. Aunque él cree que la respuesta judicial "es importante y hay que darla" y que no puede ponerse "al mismo nivel al que cumple la ley y al que la incumple", opina que "la respuesta judicial es insuficiente" y que "a un movimiento que es político hay que darle una respuesta política también".

En todo caso, cree que el Gobierno podría "hacer más" en la "batalla con la opinión pública", porque considera que los independentistas están "haciendo un manejo inteligente de las redes sociales y de la imagen". "Hay que contrarrestar la campaña que ellos están haciendo con una campaña que ponga de relieve que es una inconsistencia pretender ser demócrata y romper y violar la Constitución".

En su opinión, los intentos de internacionalización del independentismo se deben a que "ellos saben que dentro del país la correlación de fuerzas es muy negativa para ellos", pero les ha salido mal porque ningún país les ha reconocido, algo en lo que el Gobierno ha hecho un buen trabajo.