La Fiscalía del Tribunal Supremo tiene previsto pedir hoy jueves al juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena las tres órdenes de detención internacionales para Toni Comín, Lluís Puig y Clara Ponsatí, según han confirmado a Europa Press fuentes del ministerio público.

También está estudiando la reclamación a Suiza de la secretaria general de ERC, Marta Rovira, aunque de momento lo dejarán para más adelante por la complicación que presenta el procedimiento en Suiza, donde no puede hacerse mediante euroorden. Rovira está procesada por rebelión. La fiscalía señala que, en el caso de solicitar su entrega, será por sedición, igual que se ha hecho en el caso de Puigdemont, y que sería una orden de extradición, aunque el país helvético se ha negado siempre a entregar a las personas que se han pedido.

De momento, la fiscalía descarta solicitar las órdenes de Meritxell Serret, que fue consellera de Agricultura, Ramaderia i Pesca, también en Bélgica; y de la exportavoz de la CUP Anna Gabriel, que está en Suiza, según las mismas fuentes. En el primero de los casos la decisión tiene mucho que ver con la condena de Meritxell Borràs, Carles Mundó y Santi Vila, que tuvo la sentencia del procés sólo por desobediencia y descartando la malversación. El delito de desobediencia comporta únicamente pena de inhabilitación y multa, por lo cual se descarta reactivar contra Meritxell Serret una orden de entrega e ingreso en la prisión. Con respecto a Anna Gabriel, descarta reclamarla ya que únicamente está procesada por desobediencia.

La situación es diferente en los casos de Comín, Puig y Ponsatí, porque sobre los tres pesan acusaciones de malversación mejor fundamentadas. Por Comín y Ponsatí se pedirá la entrega por presuntos delitos de sedición y también de malversación en relación con locales dependientes de sus departamentos que habrían puesto a disposición del referéndum ilegal del 1-O.

Con respecto a Lluís Puig Gordi, que estuvo al frente de la Conselleria de Cultura, hay una factura por valor de 200.000 euros. Por eso se pedirá que se curse la euroorden por malversación y desobediencia. Pero como no se le procesó por sedición, existe la duda de que Llarena finalmente decida no cursar la orden de detención.