"Las consecuencias políticas del encarcelamiento del Govern –excepto los cinco miembros que están en Bruselas–, serán graves", arranca el comentario de este domingo de Eurointelligence, uno de los servicios de información y análisis más respetados de Bruselas. Su director, Walter Münchau, considera que "el gobierno español [en la gestión de la crisis catalana] comete el peor error: sobre-reaccionar". Las consecuencias probables de la política de Mariano Rajoy serán el estancamiento de la crisis, la inestabilidad económica y la repetición de elecciones... en España.

Eurointelligence recuerda que la represión judicial ha hecho regresar a Catalunya las manifestaciones espontáneas y las caceroladas, que se ha convocado una huelga general y que son muy altas las probabilidades de que gane las elecciones una lista unitaria que incluya a partidos y entidades cívicas secesionistas. "Tal como pinta ahora, podría incluir a miembros de Podem e incluso de los socialistas catalanes", dice.

Elecciones en España

Se hace también eco de la opinión del filósofo Josep Ramoneda, que argumenta que es ilusorio esperar que las elecciones del 21 de diciembre conduzcan a una derrota definitiva del secesionismo, aunque los partidos unionistas obtuvieran la mayoría. Una victoria de los partidos favorables al referéndum, añade, "permitiría canalizar el conflicto por vías políticas y evitar una interminable repetición de elecciones y de la aplicación del artículo 155 hasta que las elecciones otorgaran una mayoría aceptable para el gobierno español".

El análisis de Eurointelligence también concluye que la falta de apoyo del PNV a los presupuestos del gobierno Rajoy para el 2018 implica que las elecciones anticipadas en España estén en el horizonte.

También destaca el comentario de su analista Miguel Carrión, quien considera una falta de juicio de la prensa internacional considerar "cobarde" y "un circo" la presencia del presidente Carles Puigdemont en Bruselas. La "prensa separatista", dice Carrión, lo ve más bien una acción digna y merecedora de confianza en el liderazgo de Puigdemont, incluso cuando algunas decisiones pueden parecer difíciles de explicar. "Así pues (...) no estamos viendo el principio del final de lo que se podría llamar Primavera Catalana, sino el final del principio", concluye.