En teoría se trataba de un debate sobre los presupuestos. Pero harto de la mofa constante de Inés Arrimadas en relación a los presos y exiliados, Ernest Maragall no ha podido privarse de mirarla a los ojos y decirle desde el atril la opinión que le merece esta actitud.

"Es una muestra de crueldad e inhumanidad explícita", ha remachado el alcaldable de ERC por Barcelona. Y ha añadido que es "una vergüenza que desee a sus compañeros del Parlament que sigan en la prisión eternamente". Visiblemente alterado, cosa poco habitual en él, Maragall ha emplazado a la jefa de la oposición a que "cambie su actitud y respete la presunción de inocencia". El presidente del Parlament ha considerado que traspasaba los límites y ha llamado al orden a su compañero de partido. 

Lejos de rebajar el tono o buscar ningún tipo de conciliación, Arrimadas ha aprovechado la réplica para redoblar la ofensiva. "Negar la humanidad a alguien es muy propio del nacionalismo, de las páginas más negras de la historia de Europa", ha replicado en una clara alusión al nazismo. "Por eso no les dejan entrar en el Parlamento Europeo, porque les ven racistas, xenófobos y supremacistas". Y lo ha rematado asegurando que igual que hemos superado otras veces el nacionalismo, lo volveremos a hacer.

Y aún una contrarréplica de Maragall, que ha recordado a Arrimadas que si alguien es y actúa como un nacionalista de tomo y lomo es Ciutadans, todo el día con la bandera y pactando con VOX.