La condena a Miquel Buch a 4 años y medio de prisión por el caso del escolta del president Carles Puigdemont en Bélgica ha provocado una ola de solidaridad dentro del independentismo con el exconseller de Interior durante el Govern de Quim Torra. También desde de Esquerra Republicana, que ha manifestado su apoyo a Buch y al Mosso d'Esquadra Lluís Escolà, delante de lo que han tildado de sentencia injusta y aberrante a través de un tuit desde el perfil oficial del partido. "El estado no cesa su represión; nosotros tampoco detendremos la lucha por la amnistía y la libertad", han escrito también, poniendo el foco sobre una de las exigencias de la formación para investir a Pedro Sánchez.

El presidente del partido, Oriol Junqueras, también se ha pronunciado a través de las redes después de conocer la sentencia, que aparte de 4 años y medio de prisión, también condena a Buch a 10 años y 6 meses de inhabilitación absoluta por malversación de fondos, más 9 años y medio de inhabilitación a cargo público por el delito de prevaricación. "Un nuevo ejemplo de la voracidad represiva de la justicia española contra el ejercicio democrático de las instituciones catalanas. Una barbaridad de condena", ha lamentado Junqueras en un tuit, en el que también ha mostrado su apoyo a Buch y Escolà: "¡No nos detendrán!" ha concluido.

Vilalta subraya la necesidad de la amnistía

Marta Vilalta, secretaría general adjunta y portavoz de la formación, también ha querido poner el foco sobre las demandas de amnistía después de hacerse pública la condena. "Por eso es tan necesaria. Por eso es tan relevante resolver el conflicto político con la autodeterminación. Por eso se tiene que acabar esta persecución política-judicial. Por eso queremos ser un nuevo Estado, para garantizar justicia", ha escrito. En la misma línea que Vilalta, la consellera Mertixell Serret también ha incidido con la importancia de una ley de amnistía ante estos casos: "Ante la represión que no se detiene, persistimos con más democracia: amnistía". La exconsellera Montserrat Bassa también ha querido expresar su indignación con la sentencia, que ha descrito como una "aberración".