"Estafados y decepcionados". Es como se sienten los cuadros de Esquerra Republicana después de más de ochenta días de negociación con Junts per Catalunya. El paso de apostar por un gobierno en solitario "es firme y no ningún movimiento táctico", dicen los republicanos. La única opción que se plantean a partir de ahora es que Pere Aragonès sea investido gracias a los votos de la CUP, de Junts y los comunes, pero sin que ninguna de estas formaciones esté en su gobierno de momento.

"No descartemos un gobierno de coalición, lo descartamos ahora. Tenemos cuatro años para hacerlo", ha advertido la secretaria general adjunto y portavoz del partido, Marta Vilalta. Tampoco contemplan que sean, de entrada, los comunes, que han pedido sumarse al ejecutivo de Aragonès. "Sólo hay un escenario posible que sólo depende de Junts: o arrancamos la legislatura con un gobierno de ERC o vertemos el país a una repetición electoral".

Borràs a cambio de Aragonès

Así pues, el partido de Oriol Junqueras sitúa toda la presión a los junteros, dibujándolos como los culpables de que haya nuevas elecciones y los ha instado a "no jugar con fuego a estas alturas". Sobre el precio que puedan poner los de Puigdemont, Vilalta ha sido rotunda: "votamos a Borràs como presidenta del Parlament y eso iba a cambio de la investidura de Aragonès". Con todo, ha reconocido que todo el trabajo hecho hasta ahora en las más de treinta reuniones mantenidas con Junts "no quedará en papel mojado" y tendría que servir para hilvanar un acuerdo de investidura. "No tenemos ninguna duda que Junts cumplirá su palabra", ha concluido, recordando el compromiso público de Jordi Sànchez, tanto en público como en privado, evitar una nueva cita con las urnas, que según todas las encuestas podría dilapidar la mayoría independentista.

Interferencias del Consell per la República

La comparecencia de la dirigente republicana no ha estado exenta de reproches a los junteros. Al contrario, los ha acusado de no tener voluntad de llegar a un pacto y haber bloqueado las conversaciones haciendo un "uso partidista del Consell per la República". Es más, ha denunciado que el último comunciat emitido por este órgano hoy mismo "demuestra la clara intención de interferir" en las negociaciones.

La lectura que hace ERC de cómo ha ido la relación con Junts es que habían entrado en un "bucle", que cada vez que se avanzaba con la hoja de ruta compartida hacia la independencia, a la siguiente reunión retrocedían dos o tres pasos. "Estamos en el mismo punto que en febrero, que al inicio", ha lamentado Vilalta, que ha vuelto a insistir en que "el futuro presidente no puede estar tutelado por ningún organismo, sólo se debe al Parlamento".

Aragonès pedirá a Borràs que ponga fecha a la investidura ya esta misma semana. En paralelo, la cúpula de ERC acelerará los contactos con la CUP, los comunes y Junts para cerrar los apoyos necesarios. Ya dan por hecho que en el mejor de los escenarios, para que sea presidente hará falta una segunda vuelta.

En la imagen principal, Aragonès y la cúpula de ERC. / A. Carbonell