Dicen que después de una ruptura, es habitual que aquella persona que ha sido dejada, se haga un cambio de look. Normalmente, este suele pasar por un cambio de peinado, ya que la rumorología explica que el pelo guarda recuerdos: un corte de cabello más corto, un nuevo color... cualquier opción es buena para empezar de nuevo. Tras un ciclo político muy malo y 10 meses después de que Oriol Junqueras ganara las primarias de ERC y recuperara la presidencia del partido acompañado de una nueva dirección, el partido cambia de imagen. El logo conserva las cuatro barras y el triángulo histórico, pero experimenta algunos retoques. El cambio en los colores protagonistas, pasando del amarillo que dominaba el partido hasta ahora a un color naranja y un fondo beige. El objetivo, ha explicado a la secretaria general, Elisenda Alamany, del partido es adaptar el partido al "nuevo contexto del país", yendo más allá de los colores y apostando también por un lenguaje mucho más directo y entendedor a través de las redes, donde quieren tener más presencia.
Aunque el logo del partido era rojo, el color que más se ligaba con Esquerra Republicana en los últimos años era el amarillo, que en algunos momentos de la historia reciente del partido ocupaba casi todo el espacio, como por ejemplo en el fondo de las ruedas de prensa. Pocos días después de que Junqueras recuperara el poder del partido, lo sustituyó por el blanco. Ahora será beige estampado y con una franja naranja. En las redes sociales el logo aparecía en amarillo y era un color predominante también en los carteles electorales en los últimos años. Se trata de un color muy ligado con los años más intensos del procés, por el color del lazo con que el movimiento se solidarizaba con los represaliados. El triángulo histórico, una constante desde su fundación en 1931 y que ahora es de un color naranja terroso, con las cuatro barras, también sufre algunos cambios, con las líneas más gruesas.
Un color "histórico", según Alamany
Ahora, los colores corporativos del partido pasarán a ser el naranja y el beige, además del negro, aunque aseguran que el amarillo y el rojo seguirán teniendo presencia, como colores de la senyera. "El amarillo seguirá estando, pero volvemos a un color que nos había caracterizado, que forma parte de la historia de nuestro partido. Estamos en una actualización, para volver a conectar con el país y hablar como habla la gente", ha aseverado Alamany. Antes del "amarillo limón" que ha tenido mucha presencia en los últimos tiempos, el partido había pasado por otros tonos de este color, algunos de más anaranjados o que triaban hacia el mostaza (como en la época de la presidencia de Carod-Rovira o durante los primeros años del mismo Junqueras) pero nunca tanto como ahora. A alguien, este color le puede recordar al logo de Ciutadans, partido que está prácticamente desaparecido de las instituciones a Catalunya, o de Òmnium Cultural.
Aunque la imagen del partido ha sufrido algunos retoques, la última gran transformación fue el 2013. Después de que en el 2006 se apostara para hacer un cambio de ERC a Esquerra, Junqueras se comprometió a recuperar las siglas al llegar a la presidencia en el 2011 y así lo hizo, aunque ahora mismo, en el logo solo aparece "esquerra republicana" escrito en minúsculas, una opción muy propia de la Generación Z. Entonces, fueron los militantes los que pudieron escoger entre dos propuestas.