Su discurso fue el que acabó de crispar el debate de investidura. Pero, dijera lo que dijera, la derecha que no le reconoce la legitimidad política hubiera protagonizado el espectáculo que protagonizó. Tanto es así que mientras Mertxe Aizpurua (Usurbil, 1960) defendía una solución dialogada y democrática a los conflictos políticos y rechazaba todo tipo de violencia, algún diputado del PP incluso le deseaba la muerte desde su escaño. Nada sorprendida, la portavoz de EH Bildu en el Congreso de los Diputados recibe ElNacional.cat en su despacho, días después de haber facilitado la investidura de Pedro Sánchez. No solo sus votos son decisivos como los de ERC, sino que a cada convocatoria electoral ganan apoyos. Ahora ya tienen representación por Navarra y grupo propio en las Cortes españolas.

mertxe aizpurua foto eh bildu

Justo antes de empezar esta entrevista, la Audiencia Nacional ha ordenado detenciones de miembros de Sortu y Kalera Kalera. Parece que hay cosas que no cambian...
Es como un déjà vu. Quieren volver a situarnos en el pasado. Volvemos a estar en situaciones similares a las de hace unos años. No indica nada en la buena dirección. 

¿Le sorprendió lo que pasó durante su intervención en el debate de investidura?
De alguna forma me reafirmó en lo que estaba diciendo. Denunciábamos la situación en la que vivimos, eso que se ha silenciado durante tantos años: que el franquismo está incrustado en la estructuras del Estado y que todavía hay mucho por hacer. Y fue una demostración de lo que estaba diciendo en vivo y en directo.

Le dijeron de todo. Incluso un diputado le deseó la muerte. 
Posiblemente, si hubiese sido una situación pareja pero al contrario, no se hubiese admitido. No es de recibo que se dé por normal o natural estas situaciones. Es verdad que hubo algunas intervenciones de la presidenta para cortarlas, pero no se deben dar. Van en contra de la misma esencia parlamentaria.

Ahora es esta extrema derecha la que está marcando el debate público. La última, con el veto parental...
El pin neardental... Hay que tener mucho cuidado, porque lo que está consiguiendo la extrema derecha es poner en la mesa de debate cuestiones que ya estaban asumidas por todos. Ponen sobre la mesa los derechos asentados. No se debe permitir. Hay que pensar cómo se le hace frente...

¿Y cómo cree que se le hace frente?
Pues no sé. Pero podríamos aprender un poco de lo que está pasando en el resto de Europa. En Alemania se están tomando medidas para evitar que vayan ganando terreno. En el Estado español hay una doble preocupación: a esa oleada de neofascismo que se vive en toda Europa se le une el franquismo. Lo tenemos por partida doble. Durante muchos años han estado latentes una serie de posicionamientos que ahora emergen.

Nosotros no ponemos sobre la mesa cosas que se pueden medir en kilómetros o en dinero como el PNV, sino cuestiones que afectan a la mayoría social vasca

¿Bastaba con frenar a la ultraderecha para facilitar la investidura?
Era una de las cuestiones fundamentales. Lo hemos hecho donde hemos podido. Es una de nuestras señas de identidad. Es una obligación. No es el único objetivo, pero sí era muy importante. Con esa investidura queríamos abrir una ventana de oportunidad, abrir un camino para que se puedan dar pasos adelante en temas sociales, en la resolución política de los conflictos y en situar el tema de los presos vascos en la senda de la legalidad. Dijimos que íbamos a estar alerta y vigilantes. Queremos hechos; no nos vamos a conformar con palabras.

Al final es el mismo PSOE que hasta hace dos días les ponía un cordón sanitario junto a Vox...
Sí, así es. Pero ellos han cambiado de actitud. La nuestra no ha cambiado: siempre hemos estado abiertos al diálogo. En Euskal Herria hemos dado sobradas muestras de saber llegar a acuerdos, de saber gestionar en todas las instituciones en las que estamos. Nos alegramos porque era una cuestión de sentido común. Alguna vez iba a caer esa barrera.

¿Ha bastado con una sola reunión para normalizar las relaciones?
Bueno, pero era importante porque se visualizó al menos. A partir de ahí hemos empezado a hablar de dinámicas parlamentarias con naturalidad. Y tenemos contactos.

Hay quien pueda pensar que el PNV ha logrado más en su negociación...
Depende. Yo todavía no veo qué es lo que ha logrado el PNV con su negociación. Habrá que verlo. Muchas veces se ha planteado el tema de las transferencias, que debería estar hecho hace años... Siempre ha habido buenas palabras. A eso estamos acostumbrados, que se diga que se va a hacer y luego no se haga. Lo iremos viendo. Nosotros tampoco ponemos sobre la mesa cosas concretas, que se pueden medir en kilómetros o en dinero, sino cuestiones que afectan a la mayoría social vasca. Para nosotros es mucho más prioritario que se revierte la reforma laboral, la LOMCE o la ley mordaza que unos cuantos kilómetros de vías férreas.

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¿Cómo valora los primeros pasos del nuevo Gobierno?
Todavía es pronto. Hoy precisamente es un día malo, la verdad, para ser optimistas. Ha habido una serie de detenciones que nos llevan al pasado. Pero habrá que ir viendo cada ministerio, cómo las palabras se traducen en hechos y papel. 

Sánchez hablaba de "dejar atrás la deriva judicial" pero una de sus primeras decisiones fue impugnar el Fuero Nuevo de Navarra.
Sí, y lo denunciamos. Era una vez más una conculcación contra la soberanía navarra. Y además en un tema, el Fuero Nuevo, que es un ejemplo de avance social en todos los terrenos. Lo que debió hacer el PSOE, en lugar de recurrirlo, fue aplicarlo para el Estado español.

¿Y con ese mismo PSOE que lo recurre se puede pactar horas después unos presupuestos para Navarra?
Parece ser que este tema no irá a más. Lo podrían haber anunciado antes, lo podrían haber hablado antes, porque ni siquiera se habló con los representantes navarros. Pero los presupuestos de Navarra ha sido un ejemplo más de cómo actúa EH Bildu: con responsabilidad y claridad. 

Dolores Delgado, pero también todos los ministros, lo que deben hacer es actuar con audacia y valentía. No deben tener miedo a la derecha

¿Ve bien encaminado el diálogo entre el Gobierno y el Govern?
Bueno, se ha abierto una vía, por lo que está mucho mejor de lo que estaba antes. El tema será complejo y delicado, pero en cualquier caso ha habido un paso. Y es el momento de aprovecharlo y hacer las cosas con responsabilidad. Y sería importante hacerlo desde la unidad de todas las fuerzas soberanistas catalanas. 

¿Y la vía de la desjudicialización?
Es totalmente necesaria. Esperemos que estos pasos que se van vislumbrando den una foto fija real...

Hemos visto que el Gobierno puede prometer mucho, pero que luego no está en sus manos sino de un poder judicial que está lejos de controlar.
En estos momentos, el margen posiblemente no sea tanto como en otros ámbitos. Pero debe ir a por todas. Porque el problema que hay en el Estado español viene de lejos, también la politización de la justicia. La justicia, entendida como justicia democrática, para que lo sea, deben cambiar muchas cosas. Es uno de los retos fundamentales de este Gobierno.

¿Qué cree que puede hacer Dolores Delgado?
Dolores Delgado, pero también todos los ministros, lo que deben hacer es actuar con audacia y valentía. No deben tener miedo a la derecha. Es lo fundamental. El ataque de la derecha va a ser continuo, continuado. Es que además les va a dar igual que los pasos que se den sean tibios o de calado. La respuesta va a ser la misma. 

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¿La rebaja del delito de sedición sería uno de estos pasos de calado?
Sí, puede serlo. Depende de cómo se articule y cómo quede reflejado en el texto. Por lo menos sería un cambio importante.

¿Y debería suponer la salida de los presos?
Debería ser así. La lógica y el sentido común dicen que todo esto debería poder revertirse ya. Junqueras debería estar en libertad ya. Y no se nos puede olvidar: una vez más los tribunales españoles desoyen lo que dice Europa. Es incomprensible en Europa. El Estado español va acumulando una mala fama ganada. 

¿Debería haber también algun gesto con los chicos de Altsasu?
Con los chavales de Altsasu y con cientos de personas más que tienen conculcados sus derechos. Para nosotros es prioritario, en aras de una convivencia sólida. No lo decimos solamente nosotros, sino la inmensa mayoría de la sociedad vasca. Lo dice desde el PNV hasta el PSOE. La dispersión es de una crueldad inaudita. Es perentorio y urgente. Es que no habría que hacer nada, podría ser de la noche a la mañana; es simplemente aplicar la legalidad.

De las conversaciones que han mantenido con el PSOE e incluso con el Gobierno vasco, ¿ve el fin de la dispersión más cerca?
Yo soy optimista por naturaleza. Y sí. Está más cerca y debería estar más cerca aún. Se debería hacer ya. En estos últimos años nos hemos hartado de escuchar que en cuanto desapareciera la violencia se terminaría la política de dispersión. Lo decía hasta el PP. Han pasado tantos años y seguimos en la misma situación... Nada ha cambiado.

La dispersión de los presos es de una crueldad inaudita. Es perentorio y urgente aplicar la legalidad

¿Tienen compromisos en este sentido?
El compromiso que pueda haber es el compromiso del sentido común, el sentido de la justicia y el sentido de querer hacer las cosas bien y apostar por la convivencia. Es incluso una cuestión de empatía. 

¿Tienen decidida su posición respecto a los presupuestos del Estado?
Todavía no. Tenemos las manos totalmente libres. No tenemos ningún acuerdo que nos ate al Gobierno. Con la investidura abrimos un camino pero llega el momento de los hechos e ir valorando en cada momento lo que se nos ofrezca. Seremos muy exigentes. Vamos a apoyar todos los pasos que mejoren la situación de las clases populares. También tiene que haber soluciones políticas a los conflictos políticos y dar pasos en la convivencia de Euskal Herria, solucionando la cuestión de los presos. Si no es así, que no cuenten con nuestra ayuda. 

¿Debe haber un compromiso de acercamiento de los presos para que haya presupuestos?
Iremos viendo. Más que compromisos, son gestos y hechos. 

O sea, que debería haber un acercamiento.
Es que el acercamiento debería darse ya. Es una exigencia de la sociedad vasca, del Parlamento vasco, del Gobierno vasco. Incluso de gente muy diversa que ve la necesidad de hacerlo. Cerrar los ojos a esta realidad es una vez más no querer ver cuál es la vía de solución.

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¿Establecerán una negociación formal como en Navarra?
Iremos hablando. Todavía no tenemos más que las líneas generales de cada presupuesto. Todo eso se tiene que concretar. Lo miraremos con mucha atención.

Este año habrá elecciones en la Comunidad Autónoma Vasca. ¿Cómo las afronta EH Bildu?
Desde una buena posición. En cada convocatoria electoral vamos aumentando en implantación y apoyo. Somos muy optimistas y tenemos mucha fuerza.

¿Se puede acabar con la hegemonía del PNV?
Sí. Y ya estamos dando pasos hacia ello. Estos apoyos que vamos recabando van in crescendo y creo que va a seguir esa senda. Otra cosa es que vaya a ser de inmediato. Por muy optimista que sea, no lo creo. Hace falta tiempo, pero el recorrido que tenemos es lo que denota. Somos alternativa, la sociedad lo está viendo así, y el PNV lo sabe además.

Supongo que no se mojará, pero ¿quién debería ser el candidato de EH Bildu en esas elecciones?
No me puedo mojar. Al final son las bases las que van a decidirlo porque hay muchísimos candidatos y candidatas para ser un buen o una buena lehendakari. Es otro de los valores que tenemos. Espero que Maddalen Iriarte también se presente, porque también es una buena candidata.

Otegi tiene presentado un recurso ante el Tribunal Constitucional. En el muy improbable caso de que la justicia lo permitiera, ¿debería ser él el candidato?
No veo por qué... A ver, sería un perfecto candidato también, pero es hablar de futuribles porque el proceso interno ya empieza en EH Bildu. No creo que dé tiempo. 

Debería haber también una mesa de diálogo vasca. No va a haber una solución catalana solamente. La solución va a ser para todas las naciones del Estado

¿Es posible en el País Vasco un gobierno como el de Catalunya?
Sería la situación ideal. Cuando me dicen en Catalunya que hay discrepancias, yo les digo que me daría con un canto en los dientes. Estaría feliz de tener esos problemas. La situación es totalmente diferente. El PNV no está en esa. A mí me gustaría que pensara en el país antes que en otras cosas. Me da la impresión de que no va a ir por ahí. Cuando llega el momento clave, el PNV siempre da un paso hacia atrás. Nunca es el momento. Si no lo es ahora, no sé cuándo va a ser para plantear una unidad. 

¿Con el nuevo Estatuto vasco se puede seguir el mismo camino que Catalunya?
Podría ser también la antesala de algo. Lo que ocurre es que el PNV ahí también ha dado un paso atrás. El texto original que se había acordado con EH Bildu se ha modificado sustancialmente por parte del PNV. Ha preferido tomar como socio al PSOE y empezar a meter articulados que modifican sustancialmente el acuerdo que ya estaba hecho. Además, conviene decir que no era ninguna proclama independentista, en absoluto. Se hablaba de una solución confederal. Pero el PNV ni siquiera eso. 

¿Y contempla una mesa de diálogo como la catalana para el País Vasco?
Debería haberla. En cualquier caso, cuando ha sido Catalunya quien ha puesto el problema sobre la mesa, han reventado las costuras de este encorsetamiento con el derecho a decidir. No va a haber una solución catalana solamente. La solución va a ser para todas las naciones del Estado --el derecho a decidir--, o no va a haber solución. No es el problema de Catalunya; es el problema del Estado español. 

¿Sin autodeterminación no habrá solución?
Yo creo que no. Este problema viene de muy lejos. A medida que pasa el tiempo y crecen las nuevas generaciones, esa forma de ver y sentir se va implantando más. Hay cosas que son cuestiones generacionales. Eso no hay Gobierno que lo cambie. Va a haber derecho a la autodeterminación o no va a haber solución.

La consulta que han pactado el PSOE y ERC, ¿debería contemplar sí o sí la autodeterminación?
Bueno, ahí hay que ser inteligentes y saber que todo de un golpe no se va a conseguir. Hay que abrir caminos. Lo más importante en este momento, en el que todos los caminos estaban cerrados, era que se abriese alguna puerta. Y se han abierto puertas. Ahora toca transitar ese camino.

¿A qué condicionan su voto de "confianza" al PSOE?
Bueno, confianza tenemos poca en el PSOE. Lo condicionamos a los hechos. Siempre hemos sido muy claros. Todavía si vas por Sudamérica se mantiene vigente lo de la "palabra de vasco". Nosotros sí decimos lo que hacemos y hacemos lo que decimos. Exigimos lo mismo. No nos van a bastar las palabras.