Quizás sea esta la novedad del 26-J en Catalunya: que no hay novedad. Contra todo pronóstico, y haciendo añicos las encuestas a pie de urna, las elecciones del 26-J han dejado el mapa catalán, poco más o menos, allí donde estaba. En Comú Podem las ha vuelto a ganar, como en el 20-D, pero la confluencia liderada por Xavier Domènech y auspiciada por Ada Colau mantiene los 12 escaños que ya tenía, ni uno más ni uno menos.



Caras largas, ayer noche, en la Estación de Francia, donde comparecieron los comunes. Victoria amarga en Catalunya, paralela al fracaso del sorpasso en España. Las ambigüedades de Pablo Iglesias sobre el referéndum, que viró de línea roja a rosa chicle, o el Corredor Mediterráneo, que no aparecía en el programa electoral, han frenado las expectativas de los morados en Catalunya.

Con el 99,89% de voto escrutado ECP pierde más de 80.000 votos -aunque la participación en los comicios en Catalunya bajó en tres puntos, del 68,6 al 65,1%-. Se mantiene como fuerza ganadora en las demarcaciones de Barcelona y Tarragona, pero no mejora posiciones. Tampoco en Girona y Lleida, donde ERC sí que consigue por primera vez en la historia superar a CDC y lograr la primera posición, a pesar de que los republicanos vuelven a perder, globalmente, el duelo que habían planteado a los comunes por el electorado de izquierda. 

Los dos partidos socios del gobierno Puigdemont-Junqueras, ERC y CDC, han blindado la representación independentista en el Congreso, manteniendo los escaños que ya tenían, 9 los republicanos, encabezados por el tándem Rufián-Tardà, y 8 los convergentes, liderados por Francesc Homs, que recuperan una posición, de cuartos a terceros, desplazando al PSC en número de escaños.

ERC mejora su porcentaje, del 15,99% al 18,1%, lo que vuelve a romper su techo histórico en unas elecciones españolas, si bien el incremento en votos absolutos es más suave, de 601.000 a 628.000. En cambio, CDC pierde más de 80.000 votos -pasa de 567.000 a 481.000, su mínimo histórico-, se queda con un 13,9% y cede la hegemonía en Lleida y en Girona a favor de los republicanos. Sin embargo, en las comparecencias con el escrutinio ya muy avanzado se percibía más satisfacción entre los convergentes, a los cuales los sondeos de primera hora literalmente los hundían con 5 diputados, que entre los republicanos, los rostros de los cuales -Rufián, Tardío, Marta Rovira y el mismo Oriol Junqueras- no podían esconder que se esperaban bastante más de la jornada electoral.

Las revelaciones sobre la conxorxa contra el proceso del ministro del Interior y candidato del PP, Jorge Fernández, y el jefe de la Oficina Anticorrupción de Catalunya (OAC), Daniel de Alfonso, pueden haber contribuido a solidificar la base electoral de ERC y CDC en el último tramo de la campaña. Por otro lado, las listas separadas de ERC y CDC han contribuido una vez más a facilitar la victoria relativa de ECP, a pesar de que las dos fuerzas independentistas (17 escaños) superan en 5 a los comunes, como puso de manifiesto el expresidente Artur Mas, que compareció junto con Homs y su succesor a la Generalitat, Carles Puigdemont, para valorar los resultados.

El PSC, que confió su candidatura a Meritxell Batet, pierde 1 diputado, pasando de 8 a 7 y quedando en cuarto lugar. El resultado de los socialistas catalanes ha contribuido de alguna manera a frenar el crecimiento de ECP y, de rebote, a evitar el sorpasso de Iglesias sobre el PSOE de Pedro Sánchez, aunque muy lejos de la hegemonía que mantuvieron durante décadas en las elecciones españolas en Catalunya. De todas maneras, los socialistas vuelven a hacer un mínimo histórico en unas generales, perdiendo más de 30.000 votos, a pesar de que quedan todavía por encima del medio millón con 557.000 papeletas y mejoran el porcentaje, del 15,6% al 16,1%. Por primera vez no obtienen escaño en una demarcación catalana, la de Lleida. 

Y al final de la tabla de clasificación, y ya en el territorio marcadamente unionista, se produce la segunda variación del día: el PP de Jorge Fernández sube un escaño, de 5 a 6, mientras que los Ciudadanos, liderados por Juan Carlos Girauta, mantienen los 5 que tenían pero relevan a los populares como colistas. El PP, junto a ERC, es el único partido que mejora globalmente sus resultados al pasar de 418.000 a 462.000 votos y ganar dos puntos porcentuales, del 11,1% al 13,3%. Por lo contrario, C's es el que más pierde en cifras absolutas. Los de Albert Rivera se han dejado en el camino del 20D al del 26J más de 120.000 papeletas y han pasado del 13,0% al 10,9%.