Las elecciones españolas del 28 de abril serán las primeras en que la votación en el Senado será realmente importante. Históricamente, la Cámara Alta ha tenido un papel secundario, pero el hecho de que la Constitución española le otorgara en exclusiva el poder de aplicar el artículo 155 que permite la liquidación de un gobierno autonómico —es decir, el catalán— ha hecho que, a remolque del procés soberanista, ahora tenga una importancia primordial.

En un momento en que, además, la aplicación del artículo 155 contra Catalunya se ha convertido en una promesa electoral de los partidos de la derecha y de más allá, PP, Cs y Vox, la posibilidad de que desaparezca la mayoría absoluta de los populares o que no puedan sumar con los senadores que consigan Ciudadanos y Vox pone en peligro toda la estrategia del nacionalismo español encarada a liquidar el autogobierno catalán durante un periodo de tiempo lo suficientemente largo para que, según sus convicciones, el movimiento independentista deje de ganar elecciones.

Entre una cosa y otra, un eventual gobierno de la ultraderecha y sus aliados, presidido por Pablo Casado o Albert Rivera, sería incapaz de forzar la aplicación del artículo 155 si no se fundamenta en una mayoría absoluta en el Senado, una posibilidad que ya apuntó una encuesta de El Español de mediados de enero, semanas antes de la convocatoria oficial de elecciones.

Mayoría en duda

Conviene recordar que el PP actualmente cuenta con mayoría absoluta de senadores, con 146 del total de 266, mientras que sus socios en Andalucía, Cs y Vox, tienen respectivamente 6 y 1, pero también que el 28 de abril se renuevan 208 escaños —el resto son designados por los respectivos parlamentos autonómicos— y la situación podría cambiar diametralmente porque la posibilidad de una victoria del PSOE en el Congreso podría arrastrar a un resultado parecido al Senado, creando la paradoja que PP, Cs y Vox podrían llegar a aliarse para formar gobierno y dominar el Congreso pero incapaces de llevar a cabo su primer objetivo electoral, la aplicación del 155, por no tener mayoría en el Senado.

Es en este contexto que el mismo digital mencionado antes, El Español, publica hoy una simulación electoral donde se defiende la necesidad de que PP y Cs se presenten al Senado en coalición, un hecho que, según esta estimación, les otorgaría hasta 123 senadores, que sumados a los de designación autonómica —que no cambian el 28-A—, sobrepasarían los 134 en que se fija la mayoría absoluta. De lo contrario, si los dos partidos se presentan al Senado por separado, las previsiones serían de 75 senadores para el PP y 5 para Cs, mientras que el PSOE sacaría más de 97 y podría bloquear una mayoría pro-155 con la colaboración de los senadores de otras formaciones.

En resumidas cuentas, la aplicación del 155 no depende de la victoria de PP, Cs y Vox en el Congreso, sino del resultado en el Senado, una situación del todo inédita que empieza a preocupar a la coalición de los partidos de derecha y ultraderecha.