La gran preocupación de Pablo Casado es no poder controlar la fuga de voto de su partido hacia Vox y Ciudadanos. Es por eso que este viernes, durante el cierre de la campaña electoral en Madrid, ha vuelto a insistir en la necesidad de "unir el voto" en torno al PP para poder liderar un gobierno de cambio. La alternativa, ha avisado, es apuntalar a Pedro Sánchez en la Moncloa y "que en España manden Torra, Otegi y Puigdemont". El dirigente conservador ha reivindicado su formación como el "centro ideológico".

Todo eso el mismo día, el último de la campaña, en el que el candidato del Partido Popular ha abierto la puerta a Vox por primera vez para entrar en el Gobierno, yendo un paso más allá de la investidura andaluza. "Al final Vox y Ciudadanos, tengan 10 escaños o tengan 40, tendrán la influencia que ellos quieran tener para entrar en el gobierno o para decidir la investidura o la legislatura", ha dicho en una entrevista en EsRadio.

Frente al pabellón WiZink Center de Madrid, donde se ha dado un baño de masas con 7.000 personas, Pablo Casado ha repetido la misma canción sobre Catalunya que durante toda la campaña electoral. Eso quiere decir aplicar el artículo 155 de la Constitución española "tan sólo llegar a la presidencia", prohibir los indultos a condenados por rebelión o sedición, "acabar con el adoctrinamiento" en las escuelas o con la supuesta "kale borroka catalana".

Para hacer todo eso, ha alertado el candidato conservador, hay que unir el voto en torno al PP para "echar a los enemigos de España" de la Moncloa. "El voto que no se una en torno al PP se quedará sin unir", ha afirmado en este sentido. "Votar es gratis pero puede salir carísimo", ha insistido. Ha señalado que serán capaces de llegar a acuerdos como en Andalucía "sin renunciar a nuestros valores y principios".

A dos días de las elecciones generales, Casado ha prometido que "el PP ganará y recuperará el rumbo de esta nación que durante nueve meses han puesto en peligro la izquierda, los independentistas, los batasunos y los comunistas de Podemos". Al acto de cierre ha estado acompañado por todos los líderes autonómicos, también de los más críticos, como el gallego Alberto Núñez Feijóo.

cayetana casado pp madrid - efe

Vox "se parece" a los independentistas

La primera en intervenir en el acto ha sido la candidata por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo, que se ha vendido al auditorio como una superviviente de Catalunya después de ser "agredidos" e "insultados" por los independentistas. "Toda mi campaña ha sido una lucha contra los nacionalistas, contra los antiliberales", ha afirmado.

La jefa de filas de los populares catalanes se ha comprometido a "devolver a los ciudadanos de Catalunya la autonomía que el nacionalismo les ha robado". También ha garantizado que "liberarán a los catalanes del yugo nacionalista", y harán llegar "la letra de la Constitución" a toda Catalunya. "Nunca más habrá una Catalunya vaciada de España", ha asegurado. Ha advertido que también sirve para el País Vasco, Navarra, el País Valencià o las islas Baleares.

Álvarez de Toledo también se ha referido a las derechas. De Ciudadanos ha dicho que "está en la adolescencia", y que por lo tanto hay que mirarlos "con resignación". Más palabras ha dedicado a Vox, que ha descrito como "derecha pata negra" y de quien ha dicho que "no es realmente de derechas", sino que "se parece más" a la izquierda y los independentistas. "¿Qué diferencia hay entre decir que hay que echar a todos los inmigrantes y decir que hay que aceptarlos todos?", ha preguntado. "¿Qué diferencia real hay entre reivindicar el derecho a la autodeterminación y prometer la quimérica supresión de las autonomías?", ha insistido. "Son utopías", ha concluido.