No ha sido hasta el cuarto día de la campaña de las elecciones generales que la inmigración ha salido como tema. Ha sido nuevamente de la mano de Pablo Casado, que esta vez ha culpado a Pedro Sánchez de un aumento del 170% por un supuesto "efecto llamada". El líder del PP lo ha atribuido a la acogida del buque de rescate Aquarius el pasado mes de junio, que según ha dicho hizo aumentar la llegada de inmigrantes irregulares.

En un acto desde Las Palmas de Gran Canaria, el dirigente conservador lo ha descrito como la "peor oleada migratoria" desde Zapatero. Y ha atizado el discurso del miedo: "Estamos ante una oleada. No es cuestión de alarmar, pero se està produciendo". Ha señalado que el año pasado llegaron 65.000 inmigrantes, frente a los "apenas" 30.000 del año anterior.

Es por eso que Casado se ha erigido en defensor de una "política firme" de fortificación de las fronteras, y también "solidaria" con África. Su receta ha sido reforzamiento de las fronteras en Ceuta y Melilla, la dotación a los cuerpos policiales del Estado y el incremento de la cooperación con los países africanos con un "plano Marshall".

Por otra parte, sobre los primeros días de campaña, el candidato del PP ha alertado de que la tónica está siendo la "violencia", amparándose en el escrache a Cayetana Álvarez de Toledo a la UAB o los incidentes de Albert Rivera en el municipio vasco de Errenteria. Ha aprovechado para reclamar a Pedro Sánchez "medidas urgentes".