Pablo Casado es, desde el pasado domingo, el primer feijooista de España. Este miércoles, delante de sus barones territoriales, el líder del PP ha vuelto a apropiarse de la mayoría absoluta del presidente de la Xunta de Galicia como si también fuera propia. Lo ha hecho delante del propio Alberto Núñez Feijóo, que en la entrada del Comité Ejecutivo Nacional en Génova ha avisado de que el camino pasa por la moderación, y no `pr ir a remolque de la extrema derecha "populista" de Vox. Toda una enmienda a la estrategia de Casado, que tampoco muestra signos de quererla abandonar.

Tres días después de la cuarta victoria de Feijóo en Galicia, y del fracaso de la apuesta personal de Génova por el ultra Carlos Iturgaiz en Euskadi, Pablo Casado ha hecho como si no hubiera pasado nada. Ha arrancado su intervención en abierto colgándose la misma medalla que Núñez Feijóo agradeciéndole "haber brindado este triunfo a tu partido". En este sentido, el líder de la oposición le ha asegurado que "tu victoria es nuestro mejor aval para llegar al gobierno de España". Y ha asegurado que las victorias en Galicia siempre han precedido victorias en el Estado.

Pero Pablo Casado no ha exhibido ninguna intención de querer cambiar de estrategia, que considera la adecuada. "Nadie nos tiene que llevar a la moderación porque siempre hemos estado en la moderación", ha llegado a decir el dirigente conservador. Como síntoma, su voluntad de blindar su apuesta personal de línea, Carlos Iturgaiz, al frente del PP vasco después de haber apartado al moderado Alfonso Alonso. Casado le ha trasladado "todo su apoyo" a pesar de la derrota, y lo ha descrito como un "gigante moral" y "uno de los políticos más admirados de la política española". Ha dicho que el suyo es un proyecto "centrado en la prosperidad y la libertad".

Pero Alberto Núñez Feijóo, principal opositor interno, no piensa lo mismo de Casado. En la entrada en la sede de Génova en Madrid, el presidente de la Xunta ha defendido que "el modelo Feijóo ha funcionado en Galicia", impidiendo la entrada tanto de la extrema derecha como de la "extrema izquierda". Y ha avisado de que este modelo se tiene que "extrapolar" al resto de España. "El PP no es un partido frívolo, es un partido de Estado, un partido de alternativa," ha contrapuesto el dirigente gallego.

En esta línea, Feijóo ha avisado de que los extremismos y populismos de todo signo "no tienen cabida en la España constitucional y en la España actual". Ha sostenido que "el PP tiene un gran futuro si sigue siendo un partido centrado y templado". No ha querido hurgar en la herida del País Vasco, asegurando que "Iturgaiz ha hecho todo lo que ha podido". No obstante, ha aprovechado para insistir en su mensaje: "Me reafirmo: el populismo es el contrario de la política". Toda una enmienda a la totalidad.