La foto del acuerdo del 9N, la famosa imagen de los líderes de los partidos soberanistas parlamentarios en la sala Gótica del Palau, después de pactar la fecha y la pregunta de la consulta, un 13 de diciembre del 2013, se ha repetido esta noche. Y corregida y aumentada. Las declaraciones de este martes como imputadas de la consellera de Ensenyament, Irene Rigau, y de la exvicepresidenta Joana Ortega por el proceso participativo del 9N ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya han hecho revivir por unos instantes la unidad política y social de la legislatura pasada en torno al derecho a decidir.

En medio de una lluvia molesta, en la plaza Sant Jaume, llena hasta la bandera con miles de manifestantes, se ha podido ver cómo los líderes CDC, ERC, ICV, CUP, UDC, DemoCat i MES; representantes del Govern –la vicepresidenta, Neus Munté, y el conseller de Presidència, Francesc Homs– así como de sindicatos y entidades civiles escuchaban a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, como leía un manifiesto en el que tildaba de antidemocráticas las querellas presentadas contra Rigau, Ortega y el president de la Generalitat, Artur Mas. La protesta en apoyo de Mas, Rigau y Ortega en la plaza Sant Jaume ha sido organizada por el Pacte Nacional pel Dret a Decidir y ha contado con una escenografía de alto simbolismo: las urnas y las papeletas del 9N. La escena se ha repetido ante centenares de ayuntamientos de Catalunya. Por otro lado, al acabar el acto Munté se ha mostrado sorprendida por el comunicado en el que el TSJC expresaba su malestar por las manifestaciones de este martes en apoyo de los querellados delante la sede del Palacio de Justicia en la avenida Lluís Companys de Barcelona, donde han declarado Rigau y Ortega y este jueves lo hará el president Mas.