Justamente dos semanas después de que se destapara el mayor escándalo de ciberespionaje, el CatalanGate, La Moncloa también ha querido ponerse en el papel de víctima. En una rueda de prensa esta mañana, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, ha indicado que, como la sesentena de personalidades vinculadas al movimiento independentista, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Defensa, Margarita Robles, también han sido espiados con el software israelí Pegasus. Rápidamente, han salido políticos del PSOE y Unidas Podemos a la defensiva para lamentar y condenar estas informaciones. Y también lo ha hecho este lunes el PSC a través de la viceprimera secretaria del Área de Organización y Acción Electoral, Lluïsa Moret.

 

"La situación es de mucha gravedad, es muy grave", ha alertado solo empezar la rueda de prensa. Muy pronto, sin embargo, ha querido comparar el caso destapado hoy con el espionaje al independentismo, en un evidente intento por situar ambas cuestiones al mismo nivel. "Pedimos lo mismo: que se llegue hasta el final. Son dos situaciones que requieren que se aclaren como antes posible". También ha aprovechado para manifestar su confianza plena en el relato que llega desde La Moncloa, y que sitúa al culpable del espionaje como un agente externo. "Confiamos plenamente en el Gobierno y en las medidas que ha tomado. Confiamos también en la Justicia y en el estado de derecho". En este sentido, también ha manifestado que no hace falta una comisión de investigación parlamentaria para aclararlo, como ya hicieron los socialistas con el CatalanGate, y ha apostado por las vías que ya ha arrancado el ejecutivo central.

Esta nueva información, sin embargo, ha servido a la dirigente socialista para poder restar importancia al CatalanGate y dejar de tratarlo como un hecho aislado y singular. "Hay gobiernos democráticos en otros países que también han sido espiados de forma ilegal, y en España también ha pasado eso", ha alertado. Con todo, cree que se abre un "nuevo contexto" en que la víctima no es el independentismo por su condición de movimiento disidente en el marco del Estado español, sino que lo puede ser cualquier liderazgo político porque se trata de un ataque a la democracia. La manifestación más clara de este intento de poner en marcha un nuevo relato se ha oído con un mensaje claro que ha querido equiparar el espionaje a Pedro Sánchez con el CatalanGate: "Nos parecen igual de grave los dos casos".

"Hechos inequívocos"

Según ha anunciado el ministro Félix Bolaños en una rueda de prensa de urgencia, el espionaje a La Moncloa es un hecho "inequívoco" que ya se ha denunciado ante la justicia, en la Audiencia Nacional. Los informes, ha detallado, detectan dos intrusiones al teléfono de Sánchez en mayo de 2021 y una en el móvil de Robles en junio de aquel mismo año y no hay ningún indicio que haga pensar que se produjera ningún otro a partir de estas fechas. "La verificación todavía está en marcha y llegará a todos los miembros del Gobierno. Son unos hechos contrastados que confirman que se ha producido un espionaje fuera de la ley. En una democracia plena sólo están facultados organismos oficiales y con autorización judicial". Según ha explicado el ministro, la información ya se ha transmitido a los tribunales y se irá complementando con lo que vaya surgiendo a raíz de la investigación en curso. Yendo más allá, Bolaños ha hablado de unas intervenciones ilícitas y externas, sin dejar claro si estaba hablando de un estado extranjero.