La gobernabilidad del ejecutivo español, que ya nació con una inestabilidad intrínseca de los pactos para sumar la mayoría, ahora está sobre la cuerda floja. El estallido del espionaje al entorno independentista, también denominado CatalanGate, ha trastocado la confianza entre los socios del gobierno y el PSOE. Es por eso que el presidente español, Pedro Sánchez, tuvo que arremangarse y buscar el apoyo de EH Bildu para salvar el plan "anticrisis" del Gobierno para aplacar las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania, después de que ERC votara en contra para contestar por el CatalanGate. Esta jugada no le ha gustado nada al Partido Nacionalista Vasco, que a pesar de votar en el plan anticrisis ha mostrado su malestar. La presidenta de la formación en Vizcaya, Itxaso Atuxta, ha avisado a Sánchez que "no juegue con fuego" porque "sabe que no tiene mayoría suficiente" en el Congreso de los Diputados y "no se preocupa de cuidar" a los socios de gobierno, que le dieron su apoyo para investir al presidente español.

El PNV fue uno de los partidos que dio apoyo al decreto para aprobar medidas para amortiguar el impacto de la guerra. Este decreto contó con los votos a favor del PSOE, Unidas Podemos, PDeCAT, PNV, Más País, Compromiso, NC, Teruel Existe, PRC y BNG. Pero fue el apoyo de EH Bildu, que se anunció en el mismo debate, el que permitió aprobar el decreto. "Esto es un toque de atención, ya que queda mucha legislatura y muchos compromisos por cumplir. Confiamos en que Pedro Sánchez y su gobierno cumplan la palabra dada", ha remarcado Atxuta en una reunión con afiliados y representantes públicos del PNV.

Los apoyos se le complican a Sánchez. Ha tenido que trabajar duro para hacerse con la confianza de EH Bildu y ahora el PNV se le pone de culo. Hay que recordar que con Junts no puede contar, pero ERC, uno de sus socios preferentes, ha declarado en multitud de ocasiones que congela todas las relaciones con el Estado español a raíz del CatalanGate. En estos momentos, el Gobierno dispone de 176 votos. Son los 120 del PSOE, 33 de Unidas Podemos, seis del PNV, cinco de EH Bilgu, dos de Más País, uno de Compromiso, uno del BNG, un de Nueva Canarias, uno de Teruel Existe, uno del PRC y la diputada Meri Pita, escindida de Podemos. Estos 176 votos, sumando la abstención de Coalición Canaria, permitirá que salga adelante, si no falla nadie, el decreto anticrisis. El PSOE ha tenido que sacar la calculadora para aprobarlo y parece que la tendrá que utilizar muchas más veces, a no ser que destense las relaciones con el independentismo por el espionaje.

Los puentes con el independentismo, y en particular con ERC, los acabó de dinamitar la ministra de Defensa, Margarita Robles, que en sesión de control llegó a justificar el espionaje político sufrido por el independentismo catalán y vasco: ¿"Qué tiene que hacer un Estado cuando alguien vulnera la Constitución? ¿Qué tiene que hacer cuando se declara la independencia o anima desórdenes públicos? ¿Qué tiene que hacer cuando tiene contactas con quién ha invadido Rusia? ¿Qué pasa cuando se hackean webs como la del SEPE o móviles de ministros? Ustedes ahora se presentan como víctimas porque los conviene". Algunos integrantes del Consejo de Ministros admitían en privado que se pusieron las manos en la cabeza después de contemplar la escena. La imagen de Pilar Llop, visiblemente incómodo a su lado, fue muy reveladora.