La orden de monjes benedictinos que gestiona el Valle de los Caídos lleva desde 1957 viviendo sin rendir cuentas presupuestarías, ni de ningún otro tipo, a nadie. Justamente la costumbre de la opacidad y de no dar explicaciones de ningún tipo les puede hacer perder 1,3 millones en subvenciones públicas. El Gobierno se niega a hacer ninguna transferencia a los monjes hasta que estos expongan su balance presupuestario completo, según informa eldiario.es.

Desde 2018 Patrimonio Nacional no ingresa los 340.000 euros anuales que recibe la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, la cual financia a los monjes. La negativa de la institución a abonar la subvención responde a la falta de transparencia de las cuentas de los monjes. Fuentes citadas por eldiario.es, aseguran que los religiosos solo justificaban los gastos de esta subvención, pero no los de la totalidad de estos, que era superior.

La retirada de las subvenciones desde hace tres años ala Fundación de la Santa Cruz es condicional. La decisión se mantiene en firme hasta que los monjes se decidan a justificar su actividad económica.

Una historia rehuyendo la transparencia

La impunidad con que actúan los benedictinos del Valle de los Caídos viene de lejos. El año 2016 la fiscalidad de los monjes llamó la atención del Tribunal de Cuentas, el cual alertó de que no estaban rindiendo cuentas y detectó una amplia variedad de deficiencias contables. La alerta del Tribunal de Cuentas fue la primera piedra que estorbó la calma fiscal con que vivían los benedictinos que custodiaban a Franco.

Patrimonio Nacional pidió a los monjes por primera vez en 2018 que hicieran un presupuesto completo. Un requerimiento del cual hicieron más bien caso omiso y presentaron una hoja de gastos e ingresos sin ninguna información completa que, además, resultaba en un déficit a cargo del Estado de 600.000 euros.

Sin subvención, sin Franco, sin Primo

La buena vida se acaba para los monjes benedictinos comandados por el prior Santiago Cantera, ya sea por su negativa a presentar las cuentas, una rabieta que les puede acabar saliendo muy cara, o por la nueva ley de la memoria histórica, la cual plantea "resignificar" por completo el Valle de los Caídos. Un nuevo significado en que la orden benedictina no tiene cabida.

Los monjes ya vieron marcharse a Franco, de mala gana, pero ahora se tienen que despedir del lugar predominante que ocupa José Antonio Primo de Rivera. La exhumación del líder falangista del Valle de los Caídos se efectuará en comunicación con la familia, según anunció el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños.

 

Imagen principal: El prior del Valle de los Caídos acompañando a la familia Franco durante la exhumación / Europa Press