Después de dos meses de reproches y negociaciones, Esquerra Republicana, Junts, el PSC y los comuns han podido celebrar este mismo martes el nuevo acuerdo que permite, según dicen, proteger el catalán en las escuelas. Una obligación después del auto del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, que impone un 25% de castellano en las escuelas y fija como límite para ejecutarlo este próximo 31 de mayo. Ahora bien, aunque los cuatro grupos han querido centrar la atención en el retorno a los amplios consensos, también se ha evidenciado que no hay una interpretación nítida y clara de algunos de los puntos, una expresión que utilizaba esta mañana la portavoz socialista, Alícia Romero, para pronosticar cómo tendría que ser el posterior pacto.

Uno de los elementos que más dudas genera entre formaciones es, precisamente, aquello que ha dificultado las negociaciones desde el primer momento: cuál tiene que ser la presencia del castellano a partir de ahora, en un contexto marcado por la bajada del uso del catalán en las escuelas y por la sentencia del 25% del TSJC. Este principal escollo se ha superado empleando un vocabulario que abre la puerta a las interpretaciones. Y es que el texto indica que el catalán "es la lengua normalmente utilizada como lengua vehicular y de aprendizaje" en el sistema educativo, mientras que el castellano se usará según marquen "los proyectos lingüísticos de cada centro". Pero hay más: la propuesta de ley mantiene que "la enseñanza y el uso curricular y educativo del catalán y del castellano tienen que estar garantizados". La duda, pues, es evidente: ¿qué significa exactamente que el castellano tenga carácter curricular?

Discrepancias entre independentistas y socialistas

La reacción no se ha hecho esperar, y en las explicaciones que se han producido inmediatamente después de anunciar el acuerdo, las formaciones independentistas han querido reafirmar que en ningún caso se sitúa el castellano al mismo nivel que el catalán ni se le otorga condición de lengua vehicular. Desde Esquerra Republicana, Marta Vilalta ha querido explicar que solo el catalán disfrutará de este carácter. Según ha contado, el catalán será lengua vehicular y curricular, mientras que el castellano será curricular pero no vehicular. Mientras tanto, cada lengua será utilizada según "fijen los proyectos lingüísticos de cada centro en función de criterios pedagógicos", y confía en que el catalán será la que se verá reforzada con la nueva normativa.

Similarmente, desde Junts, Jordi Sànchez ha celebrado que se garantiza "de manera clara e inequívoca" la vehicularidad del catalán. Por el contrario, el castellano, según la formación de Carles Puigdemont, no disfruta de esta condición. "Es lengua de aprendizaje, pero en ningún caso vehicular. Queda muy claro que la lengua vehicular es el catalán y que la de acogida es la catalana", ha defendido. Por su parte, Mònica Sales ha afirmado que la nueva ley no supone "un acatamiento" de la sentencia del 25%, sino que quiere "hacer frente con un consenso muy amplio".

Pero para los socialistas, todo el contrario. Ayer, la viceprimera secretaría del Área de Organización y Acción Electoral del PSC, Lluïsa Moret, ya explicó que con este nuevo acuerdo no se podría esquivar la imposición del 25%. "El castellano se tiene que tratar como lengua de aprendizaje y, por lo tanto, vehicular", añadió. Es precisamente esta palabra, "vehicular", la que ha vuelto a utilizar hoy a la portavoz socialista, Alícia Romero, para detallar la nueva ley y cómo esta da presencia al castellano en las escuelas catalanas. Romero ha afirmado que "uso curricular" -la expresión que recoge el texto para el castellano- quiere decir que este idioma es lengua de currículum y, por lo tanto, se puede emplear para hacer materias diferentes de la de lengua. Esto, ha añadido la socialista, dota el castellano de "vehicularidad". En esta línea, también ha defendido que el acuerdo a cuatro da "mejor cumplimiento" a la sentencia.

Con todo, se observa que el debate está servido para interpretar de qué manera se verá reflejado el castellano a partir de ahora en los centros educativos de Catalunya. Mientras que para los partidos independentistas solo el catalán podrá considerarse lengua vehicular, los socialistas ya evidencian que esta afirmación es propensa a ser interpretada de manera diferente según el color político. En medio de todo se han situado los comuns, que han querido lanzar pelotas fuera y no decantarse decididamente con ninguna de las dos visiones. Eso sí, David Cid ha recordado que la normativa "combina la presencia de las lenguas oficiales y fija que el catalán es la lengua vehicular".