La publicación del abogado Gonzalo Boye donde pone de manifiesto el error de la Guardia Civil que ha confundido la traducción de un libro de Josep Lluís Alay con un informe de espías rusos ha sorprendido a todo el mundo. Empezando por la misma editorial que encargó al profesor universitario y actual jefe de la oficina del president Carles Puigdemont, traducir del ruso al catalán y el castellano la novela de Elena Vavilova, El secreto de la clandestina. Así pues, a través de Twitter, la editorial Símbol Editors ha escrito: "Señor Alay, sentimos las molestias que la traducción de El secreto de la clandestina le ha ocasionado. Sinceramente nunca habríamos imaginado que sería utilizada para detenerlo e incriminarlo".

La editorial no esconde la perplejidad que les ha ocasionado la noticia y constata, de esta manera, que se trató de una simple traducción. Por si a la Guardia Civil le queda alguna duda todavía. Recordamos que este informe se elaboró a través del material que encontraron en el móvil de Alay por el cual fue detenido en el marco de la Operación Volhov. Como el escrito de este cuerpo de seguridad español, de 700 páginas, ha sido publicado a través de la prensa, la comparativa ha sido fácil de hacer.

TUIT SIMBOL EDITORES

Captura del tuit del editorial Símbolo Editores

Boye explicita la pifia de este cuerpo de seguridad con dos capturas de pantalla y las acompaña de una frase cargada de ironía: "Al final, la Guardia Civil ha pillado a Josep Alay y ha descubierto documentación sobre los servicios de inteligencia rusos... solo que es la primera página del libro que Alay ha traducido al catalán y al castellano... y lo llaman periodismo". La primera pantalla es la captura de texto de una noticia de El Confidencial donde explican que en "el móvil de Alay, la Guàrdia Civil encontró información sobre este servicio ruso. Un documento que señala que es parte integral de las fuerzas de seguridad y lo diseñó para proteger la seguridad de las personas, la sociedad y el Estado de amenazas exteriores".

Si nos fijamos en el detalle de la primera página del libro, el texto empieza literalmente igual que la cita que acabamos de reproducir de este periódico digital. Precisamente, el mismo Alay admitió en su última entrevista a 'Aquí Cuní' de Ser Catalunya que le sorprende que "todo el mundo tenga el informe de 700 páginas menos él". Y en este "todo el mundo" ponía de ejemplo el diario The New York Times, El Periódico y, precisamente, también El Confidencial.

En paralelo, Alay, se reafirma en su propósito de "seguir defendiendo y trabajando por la independencia" a pesar de los juicios que le puedan abrir: "Me salen causas de debajo de las piedras y ya me pueden caer, cinco, seis o las que sean. Yo no desistiré", en declaraciones a 'Aquí Cuní' de Ser Catalunya. Ahora mismo, Alay tiene pendiente con la Justicia el viaje que hizo en calidad de observador en Nueva Caledonia el año 2018 con motivo de la celebración del referéndum de independencia.

La Audiencia de Barcelona rechazó el recurso presentado por Alay contra la acusación de malversación y prevaricación continuada por haber utilizado recursos públicos para financiar el viaje. En este caso, da detalles muy concretos: "El viaje fue austero, en un hotel de tres estrellas que aquí serían dos. Que nadie se imagine un viaje de placer, era trabajo". Y también explica su relación contractual actual: "Yo no tengo coche oficial ni me acompañan los Mossos, si me tengo que desplazar lo hago con mi coche privado". El jefe de la oficina del president Puigdemont ve una clara "manipulación en ciertos artículos de esta publicación".

Fotografía de portada: imagen de la portada del libro traducido por Alay, El secreto de la clandestina