Extender el olor de cloaca a ambos lados del espectro político parece ser el hilo conductor de las portadas de la prensa (impresa) antigubernamental madrileña. Todo es la misma porquería, vienen a decir. Si al gobierno de Mariano Rajoy lo tumbó la corrupción vinculada a la financiación del PP, se trata de presentar al de Pedro Sánchez como un grupo de incompetentes, de bobos, de negados. ¡Todos son iguales! ¡Pongamos remedio! ¡Elecciones, elecciones, elecciones! Que sirvan para pasar página, para patear la lata oxidada calle abajo, para esconder todo el estercolero bajo la alfombra.

Nota al margen: la ministra de Justicia está deshecha, si hacemos caso de las fotografías de ella que publican los diarios –y quizás no es mala fe: no es fácil estos días encontrarla de mejor aire.

ME

ABC

LR

Es muy tierna, en cambio, la inquietud que ABC y La Razón muestran por el debilitamiento del prestigio y etcétera de jueces y fiscales españoles, a raíz de esta historia abominable, explicada por la ministra del ramo, sobre unos jueces y fiscales españoles haciendo el salto con unas menores mientras estaban de viaje, dice que de trabajo, en Colombia –país que acaba de visitar Pedro Sánchez, by the way. Huy sí, pobrecitos jueces y fiscales. Qué pena.

Forcadell vs Pastor

El show permanente de las Cortes españolas hace pensar, por contraste, en el Parlament de Catalunya. Dicen que está cerrado –de aquí el hashtag #ParlamentCerrado que corre por el Twitter de nuestros pecados. ¿No será que la política (sic) que se hace en el Congreso y el Senado tiene consecuencias peores que la que supuestamente no se hace en el Parlament (imaginariamente) cerrado?

También trae a la cabeza a Carme Forcadell, la presidenta del Parlament encarcelada. Esta semana, la colega de Forcadell en el Congreso, la popular Ana Pastor, en el trámite de la peculiar enmienda socialista que desbloqueaba la aprobación de los presupuestos del 2019, se ha negado a pedir el dictamen de los letrados y también a llevarla a la votación del pleno.

Estos presupuestos incluyen un aumento del gasto de 6.000 millones aprobado por misericordia de la UE, al que el estado español tendría que renunciar (no pienses quién lo acabará pagando, que te dará un ataque).

El contraste entre lo que hizo Forcadell y lo que ha hecho Pastor es chocante. Y nadie dice nada.

Pastor cocinó el bloqueo en la Mesa del Congreso (donde tienen mayoría PP y Cs), contra el criterio de la mesa de la comisión de Justicia, aunque son unas cuantas las sentencias del Constitucional que dan preferencia a los dictámenes de las llamadas "mesas pequeñas", las de las comisiones legislativas, sobre la "mesa grande" del Congreso. Pastor y sus aliados habrán pensado que de lo que a mí no me gusta, que nadie coma.

Patas torcidas

En un editorial, El País acusa al PP y a Cs "de impedir gobernar a quien está legítimamente en el ejercicio del poder", de "bloquear las instituciones" y "de preferir un país desgobernado antes de que lo gobiernen otros", etcétera. Quizás aplicarán estos mismos criterios para evaluar al Parlament de Catalunya. Lo tienen fácil: los protagonistas del bloqueo son los mismos.

Quizás El Mundo advierte que esta cacería de ministros envilece a las mismas instituciones que quieren defender y, para compensar, presentan otro foco de ruido y escándalo: la actuación de los Mossos d'Esquadra el 1-O. Desde el miércoles, este diario apareja las tribulaciones del gobierno socialista con piezas que muestran el despliegue de la policía catalana como una operación ridícula, deliberadamente fallida, una simulación criminosa.

Esta pretendida "investigación" tiene dos patas torcidas, sin embargo. Una, que su fuente son los informes que la policía española y la Guardia Civil fabricaron a medida para inculpar a los Mossos –cuya versión nunca aparece, claro.

La otra, que está firmada por el mismo periodista que ha escrito, entre otros, pufos como el de la falsa cuenta corriente del anterior alcalde de Barcelona.

Su grado de credibilidad es el que es, pero seguro que surte el efecto de mantener caliente la animadversión al procés como causa de todos los males de la patria, eso que el exministro socialista Jordi Sevilla ha descrito –vaya cara– la fractura de "nuestra convivencia constitucional". Sólo le ha faltado añadir "que nos hemos dado".

Naturalmente, el editorial de El Mundo va por aquí. "El Estado, ausente de Catalunya", se titula. Tiene gracia esta lamentación en vísperas del primer aniversario del 1-O, que debe ser el tipo de presencia del Estado en Catalunya que les complace.

Ah, ya que estamos, este mismo miércoles, la comisión parlamentaria del ramo ha aprobado subir las pensiones de acuerdo con la inflación (el IPC), advirtiendo que esta fórmula agotará el sistema en diez años. Nah. Las pensiones. Una bagatela. Un nonada. "Las cosas que importan a la gente". Al menos el diario gubernamental abre la portada con el asunto.

EP

Foto: la Cloaca Maxima (en latín "la cloaca mayor") era una gran construcción para evacuar aguas residuales de Roma. Fue levantada al final del siglo VI aC, en tiempos de los últimos reyes de Roma, Tarquinio Prisco o Tarquinio el Soberbio, con técnicas de ingeniería de los etruscos.