La percepción de la corrupción en el Estado deja España a los niveles de Estonia y Chipre. Es lo que se desprende de un estudio de Transparencia Internacional, que sitúa a España como el país europeo que más ha empeorado en los últimos tiempos: se sitúa entre los puestos 42 y 45 de 180 países de todo el mundo.

España encadena así dos jornadas con malas noticias por lo que se refiere a los derechos y las libertades. Ayer, Amnistía Internacional alertó de que se habrían vulnerado los derechos humanos básicos en el último año en Catalunya en un documento que alertaba de "desproporción" del encarcelamiento de los activistas Jordi Sànchez y Jordi Cuixart.

El presidente de Transparencia Internacional España (TI-España), Jesús Lizcano, ha presentado el Índice de 2017 en la sede madrileña de la Fundación Ortega y Gasset-Marañón y, aunque ha admitido que España no está "muy mal" en posiciones globales, ha señalado que registra tanto su peor calificación desde que se mide la percepción de la corrupción como su peor puesto. En 2016, España tenía una calificación de 58 sobre 100 y ocupaba el 41 lugar de la clasificación por países. Su mejor resultado --con un sistema de calificación diferente al del actual índice-- lo obtuvo en 2004 con 71 puntos sobre 100 que le auparon al 22 mejor resultado.

Según ha explicado Lizcano, el resultado de 2017 consolida el descenso de los últimos años y bate "un récord negativo". Así, ha destacado que España está entre el 18-20 puesto entre los países de la Unión Europea, que tienen una calificación media de 65, y entre el 27 y 28 de los 35 países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El descenso se produce en un año en el que los tribunales han estado muy activos frente a los casos que afectan al PP como 'Gürtel' o 'Púnica', como en el caso de los EREs de Andalucía, o el 'caso Pujol' o del '3%' en Catalunya.

España ha empatado por tanto en calificación en 2017 con países como Chipre, Dominica o República Checa y es, además, el Estado que más empeora respecto a 2016 junto a Hungría y Chipre. "Tendríamos que tener una media de 70", ha manifestado Lizcano, quien ha culpado de la percepción de la corrupción española a "quienes dirigen el país: por una parte el Gobierno y por otra los parlamentarios".