No ha habido euforia. Ni mucho menos. El pleno de investidura de Ada Colau, este sábado, no ha tenido nada que ver con el de hace cuatro años, donde la ilusión de los comunes impregnaba las cuatro paredes del Ayuntamiento y la Plaza Sant Jaume entera. Esta vez, a la propia alcaldesa se le percibía la incomodidad, el aprieto que le ha supuesto tener que tragarse el apoyo de Manuel Valls para retener la silla. "No es un día feliz, hay que ser honestos", ha sentenciado.

Tanto es así que ha dedicado más de 5 minutos a justificar esta operación, que ha tildado "de investidura difícil". Colau ha reconocido ser plenamente consciente de que "soy alcaldesa gracias a los votos de Manuel Valls, a quien agradezco su apoyo." Ahora bien, ha insistido que "estos votos no los hemos ido a buscar ni hemos escondido que nos incomodaban". "Hay apoyos que ponen a prueba", ha afirmado, "haremos lo que esté en nuestras manos para defender políticas valientes".

Insiste en el tripartito

Desde el comienzo, la apuesta de Barcelona en Comú ha sido trenzar un tripartito, uniendo al PSC y ERC en un mismo gobierno municipal. En este sentido, ha señalado que "es posible en 11 ayuntamientos de Catalunya y es incomprensible que no hayamos sido capaces de hacerlo en la capital". Colau ha dejado claro que seguirá luchando por conseguirlo.

Colau ha hecho autocrítica, "es evidente que cuando gobiernas te encuentras límites y contradicciones, hoy cojo un reto seguramente mayor que lo que asumí en el 2015, tendré que esforzarme por ser todavía más dialogante y accesible, para tender puentes". Y es en este punto que ha aprovechado para deshacerse de la etiqueta "de aquellos que insisten en llamarme equidistante, en absoluto nos sentimos neutrales". A la vez que ha advertido a ambos lados que "no seré ni alcaldesa independentista ni anti-independentista, me esforzaré por ser la alcaldesa de todos los barceloneses".

Pide la libertad para Forn

Dirigiéndose directamente a Joaquim Forn, ha prometido combatir la judicialización de la política y le ha confesado que "espero de todo corazón que este cortísimo parèntesis te haga llegar la alentada de todos los barceloneses que os queremos libres, no sólo los que os han votado a vosotros, JxCat, o a ERC, somos muchos más". Colau se ha comprometido a mantener un contacto regular con Forn para gestionar la ciudad, "porque te reconocemos como concejal de pleno derecho". Al mismo tiempo ha adelantado que "si hay mayoría volveremos a poner el lazo amarillo" en la fachada del Ayuntamiento.

Colau ha implorado a los 41 concejales que "acabemos con las amenazas, los ultimátums y las faltas de respeto". "Dejemos de atacarnos", ha pedido, y se ha fijado como objetivo no alimentar esta forma de hacer política y "superar la dinámica de bloques".

Al final de su discurso, la recien relegida alcaldesa se ha emocionado agradeciendo el apoyo incondicional de su familia.