Los diarios de la derecha ya no juegan tan duro. ABC dedica su portada a un escandalete del presidente de la Generalitat valenciana. La Razón da por hecho que Pedro Sánchez puede ser presidente del gobierno español antes de que acabe el año, y publica una foto de los negociadores del PSOE con los representantes de Bildu, acompañándola de un titular nada amable sobre ETA. El Mundo aun resiste un poco y recupera el concepto sobado de "gobierno Frankenstein" que acuñó Pérez Rubalcaba. Publica la foto con la gente de Bildu, claro. Los negociadores de Sánchez también recibieron ayer a la CUP, pero la cosa etarra siempre tiene más atractivo para la caverna, de manera que los dos diputados anticapitalistas se han salvado —de momento— de los rigores de la prensa patriótica.
Es todo muy flojito si se compara con el nivel de beligerancia al que nos tienen acostumbrados. O se les ha acabado el repertorio o han tirado la toalla. Quizás sólo es un tiempo muerto, a la vista de que no han conseguido desanimar a los socialistas del pacto con Unidas Podemos con Esquerra de carabina.
A El Mundo todavía le queda un rinconcito de mala uva para llamar a Laura Borràs la número dos de Puigdemont, porque sí, porque ayer se la tuvieron que tragar y hoy tenían ganas de devolvérsela.
El resto de los diarios, poca cosa. El Periódico se agarra al lío que se hizo ayer el president Torra con las partidas de los presupuestos para darle una coz, porque, claro, que el Govern vaya arreglándoselas para sacar las cuentas tras dos años de prórrogas presupuestarias no encaja con su relato y no es cuestión de hacer mala figura. El único que da alguna noticia propia es El País: dice que los Estados Unidos quieren añadir dos destructores más a su base en Rota, Cádiz. Ya ves.
Quizás es sólo la calma tensa antes del Barça-Madrid de hoy o de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea decida sobre la inmunidad de Oriol Junqueras este jueves. Qué nervios.
