El adelanto electoral ha tomado a todo el mundo exhausto, inseguro y a la expectativa. Queda para majadero quien se fía de ligero. Las portadas de hoy respiran una templanza extraña, una mansedumbre insólita. Después de semanas de vivir bajo el volcán, el quiosco de este sábado provoca el mismo alivio de escuchar al médico decirte tranquilo, no tienes nada, vete a casa. Uf. Ni la derecha mediática madrileña enarbola hoy —y sería lo suyo— las cabezas de Pedro Sánchez y su gobierno tras una cacería que empezaron el mismo día de la moción de censura.

Nadie da a Sánchez por muerto como hace La Razón con un punto de imprudencia y una magnífica foto. El Mundo, peor onda, titula para desprestigiarlo entre los suyos y los de fuera. Señal de que lo temen y por eso ya están en campaña electoral. ABC, gato viejo, tampoco las tienes todas consigo y dedica su primera a averiguar que se trae entre manos el líder socialista con el avance electoral. Ara apunta en esa línea. La Vanguardia da un paso al frente: parar a la derecha con un golpe de efecto.

Por lo que dicen los diarios y sus columnistas de aquí y de allí, parece que hay dos razones para estas portadas tan perplejas como la crónica de un Barça-Madrid que acaba a ceros. Una es la demoscopia. La trayectoria de los sondeos electorales desde las últimas elecciones no deja claro el panorama. Está todo muy empatado, con un sesgo a la derecha, debido a la aparición de un cierto "voto nuevo" hacia Vox y el desplazamiento de algunos electores del PSOE hacia Cs. La foto que muestran los numeritos, sin embargo, evolucionará. Un gobierno de la triple derecha a la andaluza o no depende de un error estadístico arriba o abajo. La tendencia, ahora mismo, sólo ofrece incertidumbre.

LR

ME

ABC

EP

LV

EPC

HOY

AHORA

Otra razón: estas generales adelantadas son el preámbulo —¡y qué preámbulo!—de otras tres elecciones más: municipales, autonómicas y europeas. Entre unas y otras sólo va un mes. Será un ciclo electoral perfecto y completo en 30 días. Por aquí va El Punt Avui. Ya se sabe, abril mata a un hombre y luego se ríe: un buen resultado en abril puede ser el anticipo de otro mejor en mayo. O no. Hay en juego miles de cargos y encargos públicos, un 155 profundo y permanente... "Diálogo o choque", titula El Periódico, un poco como ¿beso o torta?. La incertidumbre genera riesgo y del riesgo nace el miedo.

La última razón es la que todos los diarios olvidan, esconden o hacen como que llueve, como con la censura del Parlamento Europeo a la conferencia de los presidentes Puigdemont y Torra. Lástima que todos los corresponsales extranjeros la destaquen: son las terceras elecciones generales en tres años (eso, en Occidente, equivale a país en crisis) y el origen de todo ha sido el conflicto abierto con Catalunya, "esa aldea del Norte que rechaza una y otra vez ferozmente al invasor", si permites la broma con el pueblito de Astérix.

De la demoscopia, el miedo a perder, el vértigo de la ultraderecha o las posibles coaliciones se puede hablar. Pero no se puede decir que la crisis política en Catalunya motoriza y encuadra el ciclo político de los últimos años más que cualquier otro factor. Es sólo un asunto interno, un problema de orden público del que ya se encargan policías y jueces. Aquí no pasa nada. Circulen.

Eso es jugar y perder y ya conoces el dicho: jugar y perder, pagar y callar.