La confusión nocturna ha irrumpido en el carrer Aribau de Barcelona, en la confluencia con la Diagonal, con escenas de alcohol, gritos y peleas, según un reportaje de Betevé. La presidenta de la Associació de Veïns y Amics del Barri de la Forja, Maria del Carmen Carmona, se queja de que el Ayuntamiento tiene al barrio "olvidado" y que, en cuestiones de inseguridad ciudadana, "todavía más".

Las imágenes fueron grabadas el 21 de agosto pero no son un hecho aislado, porque el fin de semana pasado se volvieron a repetir. Los vecinos se quejan de que nadie pone remedio al descontrol, y que la Guardia Urbana a menudo pasa de largo.

Aureli Galloso, uno de los que habla en el reportaje, es vecino de una de las fincas más problemáticas. Sólo quedan tres inquilinos, y todos ellos son de edad avanzada. El propietario ha reconvertido el resto de viviendas en pisos turísticos. Galloso asegura que el ruido en la calle es "horroroso", y que les impide descansar en muchas ocasiones, aunque las ventanas estén cerradas y el aire acondicionado puesto en marcha.

En las últimas semanas, se ha degradado de forma visible la vida nocturna de Barcelona. Primero fue la Festa Major de Gràcia, especialmente cuando el TSJC anuló el confinamiento a la 1 de la madrugada. Y la semana pasada fueron las Festes de Sants.

La noche del viernes pasado fue especialmente polémica, aunque ya era la cuarta noche con incidentes. Aglomeraciones sin control, macrobotellonos, cargas policiales, lanzamientos de objetos, barricadas... Una velada completa.

 

El parc de la Espanya Industrial fue el epicentro de la polémica, donde se celebraron conciertos alternativos a los de la Festa Major y donde se concentró el grueso de los asistentes a la celebración. La última actuación acabó hacia las 00.45 h, pero miles de jóvenes siguieron entonces la fiesta por su cuenta: en torno a 3.000 personas siguieron disfrutando del alcohol.

Una vez acabó la música, la policía empezó a desalojar muy poco a poco el parque. La dispersión de la gente finalizó pasadas las 4 de la madrugada, pero es obvio que mucha gente finalmente se quedó por la zona en grupos mucho más reducidos.

Barricadas

 

Durante la operación de desalojo se vieron momentos de tensión entre las autoridades y los asistentes de la fiesta, que lanzaron objetos a las fuerzas de seguridad y llegaron a formar barricadas para defenderse de la actuación policial.

Las imágenes de las Festes de Sants eran similares a las que se vieron a mediados de agosto a Gràcia, con una pequeña diferencia: en Gràcia las aglomeraciones eran más pequeñas, porque se distribuían por las diferentes plazas del barrio. En Sants, en cambio, todos se concentraban en el parc de l'Espanya Industrial.

Los descontroles crecieron en el segundo fin de semana sin toque de queda en Barcelona, después de que el TSJC tumbó dos propuestas del Govern, que finalmente decidió rendirse y levantar el confinamiento nocturno en toda Catalunya.