La legislatura está "agotada". Este es el análisis que hace la CUP de la política catalana, después de la implosión del Govern de ERC y Junts per Catalunya y la formación de un nuevo ejecutivo monocolor y en minoría parlamentaria. Frente a esto, después de reunir el Secretariado Nacional esta semana, los anticapitalistas insisten en lo que ya pedían la semana pasada en el Parlament de Catalunya: el presidentPere Aragonès se tiene que someter a una cuestión de confianza para ver con qué apoyos cuenta, sin entrar a valorar su "legitimidad". Esta petición se suma a la que ya ha reiterado Junts. En cambio, descartan un escenario de adelanto electoral, porque creen que "no modificaría el escenario político". Pese a todo, se abren a negociar presupuestos y van a poner encima de la mesa de Aragonès un "programa de mínimos". 

"La ruptura del Govern no es más que la constatación definitiva de este final de ciclo", ha analizado la diputada Eulàlia Reguant, que ha criticado cómo el ejecutivo de coalición había ido avanzando "sin una mínima estratégica compartida ni una hoja de ruta clara". Los cuperos han tenido reproches para todo el mundo. Hacia Junts per Catalunya: "Su capacidad de llegar a acuerdos con el resto ha quedado anulada por la retórica y la intransigencia de los sectores que han ganado". Y hacia Esquerra Republicana: "El nuevo Govern en solitario, de los exconvergentes, exsocialistas y excomunes, sólo intenta esconder su incapacidad para llegar a acuerdos parlamentarios".

Después de situar este contexto, Eulàlia Reguant ha dado por muerta la legislatura, aunque ha admitido que un escenario electoral. "no modificaría el escenario político". Es por todo eso que insisten en la cuestión de confianza: "El Govern tiene que explicar qué programa político tiene y con qué apoyos cuentan. Tiene que rendir cuentas ante el Parlament".

La redacción de ElNacional.cat está trabajando para ampliar esta información. Para leer la última hora de la noticia, actualiza la página. Mientras tanto, ellos abrirán una ronda de contactos con entidades de la sociedad civil y movimientos sociales para poner encima de la mesa de Aragonès una alternativa, un "programa de mínimos".

 

Abiertos a presupuestos, pero lejos

Un programa que, según ha detallado la portavoz Maria Sirvent, no difiere mucho del acuerdo de investidura al que llegaron con Esquerra Republicana y que consideran incumplido: detenar los desahucios, renta básica universal, parar proyectos que destruyen el territorio, revertir desprivatizaciones o regular los precios del alquiler o de los alimentos básicos. Unas propuestas que, admiten, hasta ahora "han sido rechazadas sistemáticamente por ERC", como se vio en el pasado debate de política general. En este contexto, los anticapitalistas no se han cerrado a negociar los nuevos presupuestos de la Generalitat, aunque en estos momentos las posiciones están muy alejadas. "Trabajaremos en una alternativa poniendo el foco en la gente", ha concluido Sirvent.

 

Junts también lo reclama

Junts per Catalunya ya está claramente a la oposición. No sólo por la salida del Govern de la Generalitat, sino también por sus tomas de posición. Hasta el punto que el partido no aclara qué hará con los presupuestos que ya tenía terminados el ya exconseller Jaume Giró. Este martes su jefe de filas en el Parlament, Albert Batet, volvió a reclamar al president Pere Aragonès que se someta a una cuestión de confianza "por radicalidad democrática" y aclarar si tiene una mayoría antes de hablar sobre las nuevas cuentas. "No se puede empezar la casa por el tejado", insistió en varias ocasiones. Los junteros no se privan de criticar al nuevo ejecutivo, que el martes tomó posesión el cargo: "Es el Govern más débil de la historia de Catalunya y demuestra que su apuesta no es la independencia".