¿Por qué ha saltado ahora por los aires el secretariado nacional de la CUP si en sólo tres días debe empezar su proceso de renovación? La clave está en la carta que los mismos seis miembros próximos a Poble Lliure han hecho pública este viernes para argumentar sus dimisiones.

Unas dimisiones que responden a título particular y de las que la organización niega que esté detrás de ellas, según explican fuentes internas de la corriente a El Nacional. No obstante, hay que tener en cuenta que Poble Lliure reclamaba el lunes renovar "urgentemente" el secretariado nacional (SN) y más democracia interna, el día siguiente de su primera asamblea nacional.

"Entendemos que hace falta un cambio real del funcionamiento de la organización y esta última semana tenemos un pequeño ejemplo, en el que una parte del SN ha utilizado la oficialidad de la CUP para difundir su relato con respecto a la renovación del secretariado. Relato no consensuado y que no compartimos", reza la misiva. 

En este sentido, una de las mitades del SN ha querido dar un puñetazo sobre la mesa y denunciar públicamente que las cosas dentro de la formación anticapitalista no han funcionado, en contra de lo que siempre ha intentado hacer la CUP desde la oficialidad: evitar dejar al descubierto sus tensiones internas. Según opinan fuentes de la izquierda independentista han querido "renovar haciendo crítica y denunciando".

Todo porque en el momento que estalla toda esta polémica, la CUP ha querido trasladar durante esta semana un mensaje positivo y de consenso para intentar reconducir la situación, intentando minimizar las discrepancias internas más que evidentes. Y eso es que lo no ha gustado a los críticos, la falta de autocrítica.

Eso ha hecho que la dimisión en bloque de estos miembros se haya precipitado, aunque la contemplaban hacía días, tal como avanzó el lunes pasado El Nacional. "No forma parte de ninguna batalla entre sectores y sólo se fundamenta en la firme voluntad de mejorar a partir de la autocrítica", recoge también la carta. 

Una carta dura

De hecho, el tono de la carta ha sorprendido a más de un cupaire. Los dimisionarios exponen unos argumentos muy duros para justificar su salida del SN. Hablan “de actitudes sectarias y maquiavélicas” en dos momentos clave que ha vivido la formación, como son el apoyo a la investidura de Artur Mas y la enmienda a la totalidad de los presupuestos. Dos debates que han llevado a la CUP al límite desde el punto de vista interno y mediático también.

Precisamente, consideran además que estas “graves disfunciones democráticas” han puesto en cuestión incluso el modelo asambleario de la CUP. Un modelo, sin embargo, que la CUP ha salido rápidamente a defender en un comunicado oficial donde expone que "todos los procesos de debate y de decisión se han hecho con todas las garantías democráticas posibles". Al mismo tiempo, los miembros del SN que todavía se quedan en el órgano de coordinación defienden que tienen "la conciencia tranquila".

En busca de la unidad

A pesar de las críticas, en la carta también se hace un llamamiento a la unidad de la militancia de la CUP en torno a un proyecto "netamente democrático" y a emprender "urgentemente un cambio de rumbo" que los permita avanzar de forma decidida en la construcción de la unidad popular en los Països Catalans y en la consecución de la República Catalana Independiente.

Y en esta lógica se está trabajando. De hecho, el portavoz del secretariado nacional de la CUP, Xevi Generó, aseguraba el miércoles que ya se está trabajando para renovar los miembros del organismo y que este lunes se abrirá formalmente el proceso para escoger los nuevos miembros.

Ahora mismo se está intentando negociar una única candidatura "de consenso" que obtenga a toda costa el apoyo del 65%, como mínimo, de la militancia, que ahora por primera vez podrá votar telemáticamente el secretariado nacional. Detrás de esta opción está trabajando el exdiputado de la CUP Quim Arrufat, según ha podido confirmar El Nacional, con la ayuda de un par o tres de personas que conocen bien el territorio, pero de momento no hay ningún nombre concreto sobre la mesa.