La decisión del Tribunal Constitucional de suspender el plan para el referéndum no afectará de ninguna manera a la hoja de ruta del Govern. Así lo ha confirmado el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, después de la reunión que ha mantenido con la presidenta balear, Francina Armengol, en el Palau de la Generalitat, donde ha añadido que la sentencia del alto tribunal "no representa ninguna sorpresa".

Puigdemont ha definido este nuevo portazo del TC como "populismo constitucional" para decir que "los catalanes no tenemos derecho a votar y si votamos, no vale". Sobre esto, también ha soltado: "¡Vete a saber, quizás también nos dicen que no tenemos derecho a reunirnos!", y se ha reiterado en su idea que mientras que en Catalunya "a votar lo llamamos democracia", el Estado "sigue haciendo populismo".

Precisamente por eso, se ha reiterado: "Nosotros tenemos derecho a votar, a debatir y a reunirnos" y que, por lo tanto, "votaremos, debatiremos y nos reuniremos". Y no sólo eso. También ha asegurado: "Convocaré una reunión con grupos y entidades porque ningún sistema democrático lo puede impedir".

Apoyo a Forcadell

El president del Govern ha insistido en que él mañana estará al lado de la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, porque, asegura, "mi apoyo es absoluto" y se ha vuelto a lamentar de que "el juicio no es a una persona, sino a una institución que representa Catalunya".

En este sentido, ha dicho claro y catalán que "los parlamentos son para dialogar sin límites", pero ha recordado que "la historia nos dice que al Estado no le interesa conocer qué pasa en Catalunya". Por eso, ha emplazado al gobierno español a "acreditar el diálogo".

Al sonido de las campanadas de Palau de las 12, los dos presidentes han tenido que interrumpir su intervención. "Tendrán que esperar mucho", ha dicho Puigdemont entre sonrisas de complicidad con su homóloga en las Illes Balears.

Foto: Jordi Bedmar

Obediencia al Parlament

Minutos después, el sonido de las campanas se ha detenido y ha dejado paso a la segunda parte del relato de los dos presidentes.

Bajo el argumento de que "nosotros no practicamos el camino de la desobediencia, sino el de la obediencia al Parlament y al pueblo de Catalunya", Puigdemont ha negado rotundamente que tenga previsto hacer ninguna cumbre sólo con la CUP antes de la del día 23 y, sobre las detenciones por la quema de las fotografías del Rey, ha puesto de relieve que "cada uno es responsable de sus actos".

Hablando sobre los anticapitalistas, no se ha querido mojar en el rumor que corre sobre si el Govern quiere romper los acuerdos con la CUP: "No comento especulaciones gratuitas", ha sentenciado.

Complicidad fiscal

Unidos por el "maltrato fiscal" que sufren tanto las Illes Balears como Catalunya por parte del Estado, así como por ser "los dos territorios que más aportamos y menos recibimos", los dos presidentes han agradecido mutuamente la conversación mantenida, así como "el trabajo conjunto de los dos gobiernos".

Ambos han subrayado que su unión en defensa del Corredor Mediterráneo "como un eje de beneficio para nuestra economía" y han querido dejar claro que "tenemos muy claras las estrategias económicas de inversión". Por ello, sin embargo, "es básica la flexibilización del déficit", ha recordado Armengol.

Esta es la segunda reunión que mantienen los dos presidentes. La primera fue el pasado 20 de mayo en Palma y fue para formalizar el reingreso de Balears en el Institut Ramon Llull con el fin de "promover la proyección exterior de la lengua catalana y de la cultura de los dos países de manera conjunta".

Foto: Jordi Bedmar