La entrega del Premi d'Honor de les Letres Catalanes a la escritora Isabel-Clara Simó se ha convertido esta noche en un acto de reivindicación del papel que ha asumido Òmnium en el proceso político catalán y su voluntad de resistir a los embates que amenazan "la democracia y las libertades". "De 1963 a 1967 nos ilegalizaron y hoy tenemos más de 63.000 socios. Franco no acabó con Òmnium y el Estado español tampoco nos parará", ha advertido el presidente de la entidad, Jordi Cuixart, en su parlamento en el palacio de la Música de Barcelona.

Isabel-Clara Simó ha recogido el Premi emocionada con un discurso irónico y lleno de humor, pero también reivindicativo. "Si estamos seguros de nosotros mismos, si sabemos de verdad que queremos la libertad, no nos parará a nadie. No habrá nadie que nos ponga ninguna barrera. Lo conseguiremos con nuestro afán de libertad", ha asegurado.

La escritora ha invocado un proverbio latino sapere aude a modo de consigna: "atrévete a pensar, a aprender y a investigar". "Atrevámonos, osemos pensar por nosotros mismos y, entonces, seremos libres", ha remachado.

Seguía el acto en el Palau de la Música el president, Carles Puigdemont, y la presidenta del Parlament, Carme Forcadell.

Previamente, Cuixart ha recordado que el Estado ha embargado 240.000 euros de las cuentas de la entidad, la misma cantidad que ha embargado a la ANC como sanción por el uso de datos personales en la elaboración de la gigaencuesta previa al 9-N, y ha atribuido este hecho a una persecución.

"Denunciamos una vez más esta persecución política con recursos públicos. Como no nos pueden inhabilitar, intentan ahogarnos financieramente", ha advertido.

El presidente de Òmnium ha reiterado que el referéndum es la única salida y que no habrá nuevas distracciones con la tercera vía. "Los catalanes no seremos nunca más víctimas ni tampoco súbditos, sino protagonistas de nuestro destino", ha asegurado.

Igualmente, se ha referido a la llamada Operación Catalunya para asegurar que ya "estamos acostumbrados en las campañas del miedo y por eso no nos sorprende el último capítulo de la postverdad utilizada por el Estado y sus altavoces: vincular el soberanismo con la violencia".

"El soberanismo es pacífico, transversal, interclasista e intergeneracional", ha subrayado al tiempoq que ha aconsejando "serenidad, firmeza y unidad" para afrontar los "fuertes embates que amenazan a la democracia, las libertades y las instituciones propias de nuestro país".