El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, ha criticado este domingo la estrategia de los partidos independentistas para ampliar la base y promover a la homogeneización del movimiento. "Aquí todo el mundo quiere ensanchar y no quiere ser ampliado", ha señalado Cuixart como participante de una de las mesas redondas del II Congreso Mundial por la Paz.

Cuixart se ha mostrado crítico con las pocas complicidades entre las formaciones independentistas, que ha considerado insuficientes, y ha defendido la presión de la sociedad civil para avanzar desde la diversidad. "No quiero una unidad a cualquier precio, quiero una unidad de acción y de diversidad que nos permita llegar a grandes acuerdos", ha reivindicado.

El peligro actual 

Cuixart ha participado en el II Congreso Mundial por la Paz celebrado este fin de semana en Barcelona, junto con otros reconocidos activistas de la sociedad civil internacional, como Lema Nazeeh, vicepresidenta del Comité de Coordinación de Lucha Popular (PSCC) de Palestina; Ghalia Djimi, activista saharaui, y Luca Gervasoni, fundado de Novact, el instituto Internacional por la No-Violencia Activa.

El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart / Òmnium

Jordi Cuixart en la presentación de la Escuela de Formación Guillem Agulló, de Òmnium Cultural. / Òmnium

Entre todos los ejemplos de todo el mundo de lucha por la autodeterminación, Cuixart ha señalado el peligro compartido de la estandarización por culpa de la globalización. "Con el hecho de ensanchar de los partidos políticos no están hablando de compartir, sino que de homogeneización, lo confunden", ha atado al líder de Òmnium.

Cuixart ha reconocido también los consensos en los que han podido llegar los diversos espacios políticos desde la diversidad, como la consulta del 9-N o el referéndum del 1 de octubre. Y ha reivindicado el papel de la sociedad civil para seguir presionando para que eso sea posible.

Por otra parte, Cuixart también ha reivindicado los actos de resistencia no violenta para defender la causa catalana ante la comunidad internacional. "Solo podremos presionar la comunidad internacional si somos capaces de ejercer grandes actos de lucha no violenta", ha defendido Cuixart.

Grandes actos de resistencia no violenta

Todos los participantes han expuesto sus experiencias en la resistencia no violenta, desde el Sáhara en Palestina, con luchas compartidas por el derecho a la autodeterminación.

Por su parte, Cuixart ha explicado la historia de la desobediencia civil en Catalunya para defender el derecho a decidir de la nación. "Es un país que se ha forjado con esta lucha no violenta", ha resaltado el presidente de Òmnium. El punto de inflexión más reciente en la lucha no violenta se vivió el otoño del 2017, con grandes actos de desobediencia el 1 de octubre y el 20 de septiembre, ha destacado Cuixart.

Jordi Cuixart Jordi Sánchez coches Guardia Civil cacheo Economía Sergi Alcàzar

Jordi Cuixart y Jordi Sànchez, durante la concentración en la conselleria de Economía en 2017. / Sergi Alcàzar

Además de la lucha de la sociedad catalana para la soberanía, Cuixart ha destacado la negación y represión desde el Estado español. "Los políticos y la intelectualidad española se niegan a ver la evidencia de que en Catalunya hay un clamar mayoritario para ejercer el derecho a la autodeterminación", ha remarcado Cuixart.

El presidente de Òmnium, que estuvo 3 años y 8 meses encarcelado por la sentencia del 1-O, ha destacado también la represión violenta del Estado. "La respuesta del estado español ha sido la violencia para intentar crear una fractura social en la sociedad catalana y entre la sociedad catalana y la española", ha recordado.

Ante la violencia del estado, que es una "vergüenza" según Cuixart, la lucha no violenta es una de las opciones que defienden desde Òmnium. Cuixart ha puntualizado que, a pesar de no ser violenta, es una "lucha con toda la contundencia del mundo", no es una lucha pasiva, que incluye desde el boicot a la confrontación directa, y que, por lo tanto, tiene consecuencias.

 

Imagen principal: Fotografía de archivo del presidente de Òmnium Cultura, Jordi Cuixart, en un acto de la entidad. / Efe