El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, lanza un llamamiento al diálogo y pide el fin de la "represión" en una carta a todos los socios de la entidad. "En un escenario con presos políticos el diálogo es posible, pero es incompatible con la represión. La violencia de Estado tiene que dejar sitio a la palabra", asegura Cuixart, que avisa de que su "generosidad" es "una interpelación a la responsabilidad de los poderes de Estado". En la misiva, el presidente de la entidad recuerda que él y Jordi Sànchez son los únicos ciudadanos de la UE para quienes Amnistía Internacional pide la liberación inmediata y apunta que "la represión de un Estado que vulnera la legislación internacional en materia de derechos humanos" se ha acabado convirtiendo en su "principal aliado".

Cuixart, además, advierte la ciudadanía que no se puede dejar todo sólo en manos de partidos políticos e instituciones e insiste que la movilización "constante" es "la principal garantía a una resolución democrática".

En la carta, Cuixart remarca que la "desmesura" de la justicia, las "amenazas permanentes", la "violencia" institucional y la sentencia del Supremo buscan "extender el miedo" y "extender la sensación que el cambio es imposible". "Pero la toma de conciencia colectiva hace que cada día sus efectos sean menores y, posiblemente, es este y no ningún otro el gran paso de gigante que estamos haciendo como sociedad", argumenta el presidente de Òmnium.

Cuixart, además, afirma que sigue asumiendo la "responsabilidad" de volver a ejercer los derechos condenados por el Estado así como "la obligación ética" de obedecer "la propia conciencia" y defender los derechos humanos. En la carta a los socios el presidente de la entidad recuerda que la condena del Supremo "criminaliza" la protesta y la desobediencia civil" y apunta que el posicionamiento de Amnistía Internacional "ratifica la amenaza" a los derechos y las libertades de expresión y de reunión pacífica de la ciudadanía.