La gestión de la Covid-19 ha catapultado a Salvador Illa, que ha pasado de ser el discreto secretario de organización del PSC que se encargaba de diseñar las estrategias de los socialistas en el día a día de la política catalana a convertirse en la cara visible del Estado en la lucha contra la emergencia sanitaria.

Es bastante evidente que su proclamación como candidato del PSC para las próximas elecciones catalanas ha disparado la intención de voto del partido e incluso el CIS lo ha situado coma sucesor de la ya ascendida Inés Arrimadas, quien ganó los últimos comicios en el 2017.

Y es que ocupar un Ministerio, y más uno como el de Sanidad, en plena pandemia del coronavirus ha permitido a los casi 50 millones de españoles descubrir este carácter sosegado y serio de un hombre que se pasó años y años en la cocina del PSC, siempre en la sombra de grandes oradores como el ya desplazado Miquel Iceta.

Iceta isla jornadas S'agaro - David Oller / Europa Press

Miquel Iceta y Salvador Illa / Foto: Europa Press

Pero más allá de esta serenidad y este ademán de estadista que, siempre según las encuestas, habría animado al electorado socialista e incluso habría cautivado a buena parte de los votantes de Arrimadas, el todavía ministro de Sanidad ha protagonizado varios líos durante la gestión de la emergencia. Para citar sólo algunos ejemplos: compra de tests falsos, compras centralizadas ineficaces, no cierre de Madrid y vacuna patriótica (a pesar de ser todas extranjeras).

Y aunque las encuestas y los spin doctors pretendan maquillar la realidad: los datos del virus son bien claros. España llegó a liderar el ranking mundial de contagiados durante los primeros meses de la pandemia y todavía ocupa una preocupante séptima posición, sólo detrás de países con muchos más habitantes. Con respecto a los muertos, el Estado sólo ha reconocido hasta ahora pocos más de 55.000, cifra que lo sitúa en 10ª posición, aunque en realidad podrían ser unos cuantos miles más, ya que Sanidad sólo cuenta a las víctimas mortales con PCR positiva, hecho que ha despertado las críticas de la oposición.

Con este panorama es interesante ver qué ha pasado con el resto de ministros de Sanidad de los países más importantes de Europa. ¿También han sido promocionados y catapultados como Illa y han abandonado el cargo? ¿O han continuado al frente de la lucha contra la pandemia?

Los ministros francés e italiano, investigados

Tanto en Francia como en Italia, los ministros de Sanidad no sólo no han sido promocionados por su gestión de la pandemia, sino que son objeto de investigación por parte de la justicia. En Francia, el ministro responsable de la gestión de la crisis sanitaria, Olivier Véran, tuvo que ver el mes de octubre cómo la policía registraba su domicilio y su despacho, junto con el de su predecesora, Agnès Buzyn, y el exprimer ministro Edouard Philippe.

Olivier Véran ministro sanidad francia - efe

El ministro de Sanidad de Francia, Olivier Véran / Foto: Efe

El registro obedecía a una investigación abierta el mes de julio por parte del Tribunal de Justicia de la República que tiene como objetivo aclarar si hubo una "abstención de combatir un daño", en referencia al coronavirus, después de constatar que había base para avanzar con un mínimo de nueve denuncias interpuestas contra los miembros del Ejecutivo francés.

Algo similar ha pasado en Italia. Su ministro de Salud, Roberto Speranza, fue interrogado el mes de junio por la fiscalía, junto con el primer ministro del país, Giuseppe Conte, y la ministra del Interior, Luciana Lamorgese. Los interrogatorios fueron en el marco de una investigación que trata de aclarar por qué no se aislaron las ciudades de Nembro y Alzano, en la provincia de Bérgamo, en el mes de febrero, cuando se inició la pandemia en el país.

Además, Conte y el mismo Speranza están en el punto de mira de una demanda interpuesta contra el gobierno por un grupo de familiares de víctimas de la Covid-19 que reclaman un total de 100 millones de euros como compensación "por daños durante la gestión de la pandemia".

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El primer ministro, Giuseppe Conte, con el ministro de Salud, Roberto Speranza, en el Parlamento italiano / Foto: Efe

Con una población superior a la de España y similar a la del Reino Unido, Francia ha mantenido el número de víctimas mortales por debajo del de España, con casi 10.000 muertos menos. En Italia, con casi 15 millones de habitantes más que el Estado español, el número de contagios es el mismo pero el de muertos es considerablemente más bajo: 12.000 víctimas menos.

La renuncia del ministro alemán

El caso del ministro de Salud de Alemania, Jens Spahn, es el único que podría considerarse similar al de Illa, pero precisamente por todo haber pasado todo lo contrario. Y es que la responsabilidad de Spahn al frente del Ministerio le ha hecho desistir de participar en la carrera para suceder a Angela Merkel en el timón de la CDU.

Y la decisión no fue nada fácil para el ministro, ya que contaba con el apoyo de las juventudes del partido y varias encuestas lo situaban como el favorito para tomar el relevo del partido. Pero su compromiso con la lucha contra la pandemia lo hizo abandonar a favor de su socio político, Armin Laschet, quien lo acabó de convencer recordándole que era joven y que tendría otras oportunidades más adelante.

Jens Spahn angela merkel - efe

El ministro de Sanidad, Jens Spahn, detrás de la cancillera Angela Merkel en una sesión en el Bundestag / Foto: Efe

Al contrario de lo que ha pasado en el resto de los principales países europeos, Spahn ha conseguido hacer crecer su popularidad a causa de su buena gestión de la crisis sanitaria. De hecho, ha llegado a superar la de Merkel, con el 52% de los alemanes valorándolo como el mejor político.

Aunque los datos ahora son aterradores, más de dos millones de contagiados y 50.000 muertos (se tiene que tener en cuenta que tiene casi el doble de la población que España), el gobierno consiguió soportar la primera ola con mucha menos incidencia que sus países vecinos. Ha sido la segunda y tercera ola la que ha disparado las cifras del país, aunque se ha quedado a la mitad de víctimas -en proporción- que sus socios europeos.

La supervivencia del ministro británico

Con una población un 25% superior a la de España, el Reino Unido es el país europeo (si excluimos a Rusia) más afectado por la pandemia con 3.543.646 de casos, 1 millón más que España, y 94.580 muertos, 40.000 más que los muertos reconocidos por Madrid.

En consecuencia, el gobierno británico ha sido duramente criticado por la opinión pública y, como es evidente, el secretario de Salud, Matt Hancock, no se ha escapado. Durante la gestión, Hancock ha sido criticado por varios episodios que, si bien no se pueden considerar inocuos, no han causado graves desastres en la gestión de la pandemia.

Matt Hancock secretario salud reino unido - europa press

El secretario de Salud del Reino Unido, Matt Hancock, en una rueda de prensa en Downing Street / Foto: Europa Press

A modo de ejemplo, el secretario de Salud de Boris Johnson fue criticado para cambiar el método de recuento de los tests hechos con el fin de llegar al objetivo marcado de 100.000 pruebas diarias. Hancock también fue acusado de haberse saltado el toque de queda por estar en un bar de la Cámara de los Comunes a las 22h. La última pifia fue afirmar incorrectamente que la aprobación de la primera vacuna había sido gracias al Brexit. La Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA, por sus siglas en inglés) señaló que había seguido un procedimiento rápido permitido por la legislación de la UE que todavía estaba en vigor en el Reino Unido durante el periodo de transición.

Así pues, con algunas manchas en su gestión, Hancock continúa al pie del cañón y no ha sido promocionado por Johnson para ir a llenar ninguna expectativa electoral.