La Royal Suite que la presidenta del gobierno madrileño, Isabel Díaz Ayuso, ocupa desde hace dos meses en el hotel España Skyline BeMate, en el centro de Madrid, tiene muy poco que ver con la Casa dels Canonges del Palau de la Generalitat. No obstante, a Ayuso no se le ocurrió mejor argumento para defender su cambio de domicilio durante la pandemia que decir que el president de la Generalitat, Quim Torra, también ha utilizado las dependencias que ha tenido a bien poner a su disposición el Govern.

En conversación con ElNacional.cat, el president puntualiza las palabras de Ayuso recordando que la Casa dels Canonges fue designada como residencia oficial del president de la Generalitat el año 1931. La decisión se adoptó pocos meses después de que Francesc Macià asumiera el cargo al frente de la Generalitat republicana. Macià tenía el domicilio en Lleida, y en Barcelona lo instalaron en el Ritz, un hotel de cinco estrellas que se había inaugurado doce años antes. De hecho, había sido Francesc Cambó, rival político de Macià, quien había convencido a César Ritz de que abriera uno de sus establecimientos en la ciudad.

Después de Macià, se alojó en Canonges el president Lluís Companys y el president Josep Tarradellas, al volver del exilio. Desde entonces, ningún otro president lo ha utilizado como residencia oficial. No obstante, aunque los últimos ejecutivos han admitido que le haría falta una mano de pintura y un repaso a los tapizados, se ha seguido usando como espacio privado de los presidents para comidas de trabajo y puntualmente para pasar la noche. Incluso el president José Montilla se instaló una temporada con su familia mientras tenía su casa en obras.

A diferencia de las "últimas tendencias" en decoración que promete la Royal Suite Skyline que ocupa Ayuso, la Casa dels Canonges compensa el aire gastado de su decoración con uno construcción magnífica que se remonta al siglo XIV y conecta con el Palau a través de un discutido puente neogótico construido en 1928. Los dos edificios comparten patrimonio artístico, pero también secretos y leyendas de todo tipo, incluidos los huesos de Sant Jordi que se guardan en la capilla del Palau y que habían desaparecido hasta que hace siete años retornaron gracias a un secreto de confesión.

Contagio al mismo tiempo

La confirmación pública de que Torra y Ayuso estaban infectados por el coronavirus fue casi simultánea. El president explica que cuando supo el resultado positivo de su prueba ya tenía decidido instalarse en la Casa dels Canonges para seguir de cerca la crisis. Incluso se había habilitado una cámara de televisión fija para poder hacer conexiones en directo si era necesario.

La intención era instalarse aquí con uno de sus colaboradores, y hacer teletrabajo con el resto de su equipo. No obstante, los planes se tuvieron que rehacer al saber que estaba contagiado.

Todo se fue desencadenando a partir del jueves, 12 de marzo. Hacía 15 días que se había registrado la primera víctima de la Covid-19, cuando se detectó un foco muy grave de la infección en la Conca d'Òdena y se confinó aquel territorio. Al día siguiente, viernes, las escuelas ya no abrieron en Catalunya; el sábado se declaró el estado de alarma y el Gobierno español asumió las competencias de Sanidad, Interior y Transportes. Aquel domingo, el president ya estaba en Canonges cuando supo que era positivo de la Covid-19, y decidió hacer el confinamiento "absolutamente solo".

"Fueron momentos muy duros personalmente. Mucho. Como estar en un túnel negro absoluto. Cada día las cifras eran espantosas. Parecía que no lo podíamos detener. Desbordamos las UCI, desbordamos las segundas UCI, las triplicamos. Llegamos a 1.500 personas en camas de intensivos", recuerda. Eran días grises, también desde el punto de vista meteorológico. Hacía mal tiempo, llovía. "Y yo tenía la sensación que no paraba en una actividad frenética, en conexión con todo el mundo, llamadas constantes, directores de hospitales, proyectos de respiradores, si llegaban las mascarillas, los guantes, las residencias...", añade.

Confiesa que el peor momento fue el final de la primera semana, la crudeza de la situación, los síntomas de la propia enfermedad, a pesar de no tener fiebre, la soledad, las llamadas de los amigos, la muerte de personas conocidas... La situación personal mejoró cuando incorporó videollamadas para hacer las comidas y cenas con la familia. Desde la Casa dels Canonges, el president constata el silencio abrumador de la Calle del Bisbe (que fotografía en la imagen que acompaña esta información) y el vacío de la ciudad.

Responsable de Canonges

Si la suite privada de Ayuso se ha relacionado con un nombre, Kike Sarasola, un empresario hotelero de 57 años que ha puesto alguno de sus hoteles a disposición de sanitarios y que habría cedido este espacio a la presidenta "a precio de amigo", el nombre que acompaña al de Torra en su confinamiento es el de Gaietà Enrich, el responsable de mantenimiento de la Casa dels Canonges. Es la única persona que estaba en la residencia durante el día mientras el president seguía la estricta cuarentena, y quien se encargaba de sus comidas.

Torra asegura que el aislamiento era absoluto, que no se veían en ningún momento y que tampoco entró para nada en el espacio donde él vivía. Sólo hubo una excepción: las rápidas incursiones para fotografiar al president durante las reuniones de trabajo y proporcionar imágenes que el servicio de prensa hacía llegar a los medios.

Bandera y foto del rey

Ayuso ha replicado a las críticas por su confinamiento en un hotel de lujo asegurando que no podía solucionar los asuntos de los madrileños "desde el comedor de casa donde cena todos los días", y que mientras sea presidenta lo hará "en un lugar con unas banderas y digno, como por ejemplo, con la foto del rey."

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Aquí, cono el Rey.

En tabla|puesto shared by Isabel Díaz Ayuso (@isabeldiazayuso) donde|dónde

El espacio del president ya tiene incorporadas las banderas y no consta que tenga la fotografía del monarca. Pero no dejaron de provocar comentarios, especialmente por las redes, ciertos elementos de la zona de trabajo, en particular las cajas blancas -o paquetes de hojas, según algunas teorías- que colocó estratégicamente bajo la pantalla del ordenador para mantenerlo más elevada.

Torra coronavirus

En un momento dado, llegó a aparecer un tapete blanco en un curioso esfuerzo por disimular las cajas.

Torra coronavirus

El hecho fue tan comentado, que un carpintero de la Garriga, perplejo por la escena, hizo llegar al Palau una caja de madera para superar el obstáculo de manera más discreta.

tuesta coronavirus

Con todo, Torra confiesa que la "gran prueba" para una persona que se declara poco hábil con los ordenadores fue garantizar que funcionaran las conexiones para el teletrabajo, y sobre todo la conexión de televisión, desde poner en marcha el equipo hasta disponer el micrófono y el pinganillo. Con esta instalación protagonizó directos en TV3 y ruedas de prensa, pero también entrevistas en medios internacionales como la intervención en la BBC, reclamando el confinamiento de Catalunya que provocó auténtico enfado en el Gobierno.

Desde el confinamiento, Torra no se ha querido saltar ninguna reunión de presidentes autonómicos, aunque sólo fuera para quejarse de que no le hacían caso. Por contra, la estrategia de Ayuso a menudo ha apostado por ausentarse de la cita o, sencillamente, llegar tarde.

El president no ha escondido la irritación por las dificultades para comunicarse con el jefe del ejecutivo español, Pedro Sánchez, aunque reconoce la presión extrema y multiplicada que el político socialista ha tenido que soportar estas semanas. Con todo, asegura que se han intercambiado mensajes de móvil. Con quien sí ha hablado ha sido con el lehendakari vasco, Iñigo Urkullu.

Segunda cuarentena

Después de dos semanas confinado, y una vez superada la infección, llegó para Torra la segunda cuarentena, en que se permitió las salidas fuera de Canonges hasta el Pati dels Tarongers, uno de los espacios emblemáticos del Palau. El president incorporó los paseos por el patio. "Iba a la esquina donde el sol da por la tarde donde está el busto del president Irla y el del president Companys", explica, en referencia a los bustos angulosos, obra de Josep Maria Subirachs, de Josep Irla, muerto en el exilio el 1958, y de Lluís Companys, ejecutado en el castillo de Montjuïc en 1940. "Yo me quedaba allí en medio de los dos", recuerda, a pocos metros de distancia de la escultura, también obra de Subirachs, del president Francesc Macià, fallecido en el mismo Palau de la Generalitat el 1933.

Retorn a casa

Una vez superada esta segunda cuarentena, es decir, un mes después de contraer la enfermedad. Torra ha vuelto a dormir a casa. Ya sólo va al Palau de la Generalitat a trabajar. Sigue con las reuniones telemáticas, pero ha incorporado a algunas personas de su despacho, aunque la mayor parte de su equipo sigue haciendo teletrabajo. Las reuniones, ya no las hace en Canonges sino en el Saló Montserrat, que ha sido recientemente restaurado en profundidad. Desde aquí ha celebrado esta semana los dos años com a president. A este salón se accede desde la galeria gótica y es el espacio previo al despacho oficial del president. No obstante, Torra sigue sin utilizar este despacho.

Torra coronavirus salón montserrat Ruben Moreno 1858

Ayuso también ha superado la enfermedad y en su caso sí ha incorporado actividades públicas a su agenda. No obstante, ha anunciado que seguirá viviendo en el hotel hasta que Madrid entre en fase 2 de desconfinamiento.