La respuesta más drástica para combatir la pandemia del coronavirus ha estado en aquellos estados gobernados por mujeres. En concreto: Angela Merkel en Alemania, Jacinda Ardern en Nueva Zelanda, Sophie Wilmès en Bélgica, Sanna Marin en Finlandia, Mette Frederiksen en Dinamarca y Katrin Jakobsdottir en Islandia.

Todos estos países consiguieron allanar la curva gracias a la toma de decisiones proactiva. También se prepararon mejor en cuanto a material médico y equipamiento de protección para el personal sanitario y el público en general. A modo de ejemplo, tomaron precauciones extremas y también dieron ejemplo. Jakobsdottir, primera ministra islandesa, decidió aislarse voluntariamente después de detectarse un caso de coronavirus en la escuela de su hijo.

Dinamarca fue el segundo país al confinar a toda la población y ahora ya empieza a levantar sus restricciones. El país ha registrado, hasta ahora, 5.635 casos y 237 muertos, mucho menos, que sus países vecinos. O la laborista Jacinda Ardern ha definido su plan en Nueva Zelanda como "el más estricto del mundo".