El confinamiento por el coronavirus ha impedido el funcionamiento normal del Parlament. A pesar de la cámara catalana ha conseguido celebrar varias reuniones de la Mesa y de la Junta de Portavoces, e incluso ha organizado videocomparecencias de miembros del Govern, actualmente no se pueden celebrar sesiones de control ni plenos. El reglamento no lo permite hacer a distancia y, mientras no llega una modificación de la norma básica de la cámara, los partidos sienten que no pueden ejercer su función de oposición con condiciones.

Es de lo que se queja la CUP, que en un vídeocomunicat, pide recuperar "el control y la capacidad de hacer propuestas al Govern" durante esta crisis. El diputado Carles Riera apunta que, aunque el Parlament ha habilitado las comparecencias de los consellers del Govern en sesiones informativas telemáticas, "el tiempo de intervención de los grupos parlamentarios es muy limitado y que no es suficiente, dada la situación de suspensión de la actividad parlamentaria habitual".

Riera avisa de la importancia de las políticas que está llevando a cabo desde el Govern en estos momentos porque "son las que viviremos el día de mañana" y, por lo tanto, considera que hace falta que se habiliten los "canales de control parlamentario para fiscalizar la acción del gobierno y las medidas aprobadas, a través de decretos y resoluciones, en el ámbito sanitario, socioeconómico, laboral o en la vivienda".

La reforma de los reglamento, de momento, está parada a la espera de que los grupos se pongan de acuerdo. Después de que ERC intentara hacer una propuesta de consenso con diferentes grupos, JxCat se desmarcó ayer y registró una propuesta propia, al considerar que no se estaba avanzando.